Moviendo el fambeco para lavar tiranos

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¿Con eso ustedes creen que van a llamar la atención en el mundo acerca del dolor y el sufrimiento de los cubanos?

Cuando el Apartheid en Sudáfrica una canción de Sixto Rodríguez se convirtió en una especie de himno libertario que movió multitudes en las manifestaciones callejeras. Es una bellísima canción, de la que todo el tiempo se habla en el documental que se le dedicó al compositor, quien por cierto nunca se enteró de su inmenso éxito en Sudáfrica porque por otra parte jamás sus canciones tuvieron repercusión alguna en el mundo hasta hace algunos años después de estrenado dicho documental, titulado ‘Sugar Man’.

Salvando la distancia ideológica todos deberán recordar a Joan Baez cantando una de sus célebres canciones en una calle de Sarajevo tras uno de aquellos bombardeos. Mucho antes, su activismo durante la guerra de Viet-Nam la condujo a la cárcel. Más tarde, Joan Baez apoyó la Carta de los 77 y a Valclav Havel, en contra del comunismo.
Podría citar a otros compositores y cantantes cuya obra ha tenido una tremenda repercusión en el camino para consolidar la democracia, la libertad, y la paz en el mundo. U otros que simplemente se solidarizaron con causas ajenas haciéndolas visibles, como Sting con las Madres de las Plaza de Mayo, y Pink Floyd en contra de los totalitarismos, sin olvidar la que fue de las primeras, sino la primera, Marlene Dietrich y su ‘Lily Marlen’ durante la 2da Guerra Mundial.
Es cierto que muy pocos se han solidarizado con Cuba y con los cubanos. Aunque algunos pocos lo han hecho, como fue el caso de Bono, el cantante de U2, en uno de sus conciertos, al pedir la libertad del Dr. Oscar Elías Biscet. No recuerdo muchos más.
No podemos echarle la culpa a nadie de esa ausencia de apoyo a nuestra causa. La culpa la tienen los mismos cubanos.
Los llamados ‘músicos protesta’ cubanos sólo protestan en contra de las causas lejanas, nunca, jamás en contra del régimen, más bien han sido y siguen siendo sus adocenados cómplices. A Silvio Rodríguez le importaba más un chileno que el asesinato de Pedro Louis Boitel en una cárcel castrista. Pudieron haberle importado los dos. Pero él eligió al chileno. Colchón ‘oblige’. Cuando en el 2003 le rogaron que alzara su voz en apoyo a Raúl Rivero, viejo amigo suyo, se negó. Él, por supuesto, no es el único necio, sin comillas, porque no estoy citando su lamentable canción. Es necio y punto.
En cuanto a los nuevos raperos, timberos y reguetoneros que encajan una pica en Flandes -es un decir- o eso creen ellos, pues aquí hay un problema psicótico grave. Cantan en contra del régimen, o eso parece, dentro de Cuba, pero en cuanto llegan a Miami se vuelven más comunistas que Fidel y Raúl, y entonces se ponen a defender aquello contra lo que ellos mismos afirman que cantan, y de paso a tirarle insultos a las víctimas del exilio, y hasta a ponerse ‘bonitos’ y ‘estupendos’ en los programas televisivos a los que son invitados como si ellos fueran los «reyes del mambo», o los únicos salvadores de Aquella Cagaleta. Eso me huele a estrategia dentro del cambio-fraude obamunista y raulista.
Después, para ponerle la tapa al pomo, tienen a estos que se vuelven famosos o «famas» -citemos a Cortázar, a Julio, no a Octavio- con canciones dirigidas a los analfabetos musicales latinoamericanos, a la fanaticada de todos esos canales televisivos que dan vomitera de marciano con gastroenteritis de sólo mirarlos de reojo. Y como los cubanos han perdido personalidad y seguridad en todo y ya ni saben lo que es la buena música, pues le siguen la rima a estos mediocres que se la pasan cantándole al Malecón. Señores, es nuestro muro, lo sé, yo también lo quise mucho, pero es un muro de a tres por cuarto, un muro de mierda, que se cae a pedazos, porque hasta el salitre nos ha cogido una inquina que p’a qué. O componen -si es que se le puede llamar a eso componer- ese otro pujo de que «si Miami se lo confirmó» y que si la «gozadera» (esa otra falsedad «latina») y no sé que otra pajareta… Y siempre con los mismos invitados, Enrique Iglesias o Marc Anthony, al menos este último tiene voz. Yo «namá» de verlos me tengo que poner Otitrín u Otipax con un gotero.
No contentos, ahora viene lo mejor, para colmo esos ‘altijtas’ de la «niú jenerechion» invitan a su invento al nieto del tirano a mover su fofo nalgatorio en el escenario, en lo que yo considero una de las más bajas y asquerosas limpiezas de imagen que se le puede hacer al nieto de un tirano. Son Gentuza de no sé qué Zona de mierda, que no cantan ni cubano, ni mexicano, ni guatemalteco, cantan para ganarse un Grammy, y para que el nieto de un dictador les mueva el fambeco en una de sus funciones. Y a esa gentuza los condecoran en Miami y les entregan premios musicales sin hacer música, a los garantes de publicidad gratis para los herederos, que se creen con derecho a exhibirse como los cheches de la finca.
¿Con eso ustedes creen que van a llamar la atención en el mundo acerca del dolor y el sufrimiento de los cubanos? ¿Ustedes piensan que con esa musiqueta de baja estofa, la gente seria que ama la música, la democracia, la libertad, y la paz en el mundo van a tomarnos en cuenta? No, no lo harán, no sólo porque esas canciones van dirigidas a los Castro y al comunismo, y no a ustedes. No lo harán sobre todo porque eso es sencillamente mala música. Muy mala, pero que muy remalísima música. De lo peorcito que existe hoy en el panorama musical internacional.
Sigan metiéndole oreja y aplaudiendo ese ruido nauseabundo, que cada vez alejan más de ustedes la posibilidad de que Cuba vuelva a ser considerada un país dueño y señor de una enorme caja de resonancia con figuras como Celia Cruz, Olga Guillot, La Lupe, La Freddy, Benny Moré, sumándole a los que hoy están vivos y continúan haciendo la mejor música cubana, y no esa miserable y orillera caldera de grillos pendencieros, que para más INRI, se la pasan fajados entre ellos por ver quién gana en el maratón del cretinismo y la mediocridad, desmoronando el legendario ritmo, el gran compás de la auténtica música cubana.
Por cierto, dentro de unos días se estrenará en Miami la ópera ‘Before Night Falls’, basada en las memorias de Reinaldo Arenas. Un escritor que puso la libertad de Cuba por encima de su propia vida. De nada.
¿Le habrán entregado ya alguna llave, algún Grammy o cualquier otro premio musical al elenco? Pregunto.
Bah.
Zoé Valdés.

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