Monsieur Jérôme Savary nunca me contestó esta Carta Abierta

Foto: Théâtre de L’Opera Comique

París, 27 de mayo de 2002.

Monsieur Jérôme Savary

Théâtre de L’Opera Comique

5, rue Favart

75002.París.

Sr. Director:

En la noche del sábado tuve el placer de asistir a la representación de su comedia musical Looking for Chano Pozo. Un cubain a New York, en unión de mi esposa e hijo.

Como somos franceses pero de origen cubano, supimos apreciar ese torbellino de música cubana: rumba, mambo, conga, son, cha cha cha, etc., así como los excelentes músicos y bailarines que Vd. supo escoger y dirigir con tanta maestría.

Le felicitamos por esa obra tan cubanísima, su coreografía y su escenografía. Por hacer conocer al público parisino un poco del patrimonio musical popular de nuestra tierra natal caribeña. Si embargo hay detalles que para nosotros resultan chocantes (peso mis palabras).

Cuando al inicio del espectáculo usted repite el célebre eslogan castrista de: « Cuba era el prostíbulo de los americanos», Cuba estimo que no sólo miente, sino que también ofende a mi madre, mis abuelas, mis tías y a la inmensa mayoría de las mujeres cubanas.

En La Habana había prostitutas en la calle Consulado como las hay en París en la rue Saint Denis, el habanero barrio de Pajarito equivale al parisino Pigalle, las zonas del puerto habanero son comparables en París a numerosas Portes o Places donde reina la profesión más antigua de la historia. Sin embargo no creo que se pueda decir que París es un prostíbulo, sería una infamia y ofendería a su propia madre Monsieur Savary, a todas las mujeres de su familia y en general a la mujer francesa.

Cuando Vd. rinde homenaje a Juana Bacallao, hace muy bien, lo merece, pero la historia de que recibió un balazo en una pierna en el Hotel Nacional de Cuba por defender a Josephine Baker, a quien le negaban alojamiento por ser negra, es poco seria.

Si Vd. ha visitado Cuba recientemente sabrá que ese célebre hotel actualmente no sólo está prohibido para los negros cubanos, sino para todos los cubanos, como el resto de los grandes hoteles construidos en parte por compañías francesas. ¿Ha oído hablar del apartheid turístico?

La escena en la que Rita Montaner y Cacha Martínez, toman los cuchillos para batirse, ruedan por el piso y se arrancan los cabellos, trata de mancillar a una de las artistas más queridas de nuestro pueblo, por algo a Rita la llamaban «La Única».

Por último y para no cansarle, Monsieur Savary, cuando en su comedia todos los artistas cubanos son víctimas de un empresario americano y terminan tocando su música a -15 C. sin calefacción en un prostíbulo para obreros del petróleo en Alaska y las bailarinas como prostitutas; considero que su antiamericanismo visceral llega a ser patético.

¡En este caso dio muestras de falta de imaginación! Desconozco cuánto ganarían estos músicos y bailarines cubanos que Vd. trajo a París y de esa cantidad, qué % pasará al Estado cubano y cuánto quedará realmente en sus bolsillos. Espero que no sean explotados por Vd. ya que el teatro estaba completamente lleno y nosotros pagamos 35 euros por cada billete.

 Le deseo éxitos en su labor como director de teatro, pero por favor, Monsieur Savary, infórmese más antes de montar la próxima obra, así serán menos los disparates y las ofensas,

Félix José Hernández.

Nota bene: Esta crónica aparece en mi libro «Memorias de Exilio». 370 páginas. Les Éditions du Net, 2019.  ISBN: 978-2-312-06902-9

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