Melanina contra neuronas

Por : Zoé Valdés
Ayer se produjo un caos incendiario en las redes sociales, sobre todo en Twitter, pues tras doce días de desaparición del niño Gabriel, en España, se conoció que una de las personas más cercanas a Gabriel y a su padre, su, pongamos, madrastra, se disponía a desaparecer el cadáver escondido en el maletero del carro. Ese fue el terrible desenlace. La mujer se derrumbó al fin confesando que había sido ella la que lo había hecho, añadiendo un trágico: «Lo siento. Te quiero».
El caso es que como se ha podido ver ampliamente la asesina no es una mujer blanca, es negra, tampoco es española, ni francesa, es una inmigrante dominicana, y es mujer, lo subrayo, no es hombre.
Numerosos fueron los que saltaron en las redes, y con razón, porque apenas unos días antes, durante la jornada y protestas y huelga del 8 de marzo las reivindicaciones giraban en torno a que el hombre es invariablemente el violento, jamás la mujer, de ahí pasaron a temas más políticos como que la mujer negra e inmigrante no gozaba de los mismos derechos que disfrutaban los hombres, blancos, españoles, o europeos.
Bien, primero aclararé que cuando se entra en Google y se googlea el nombre de la asesina, en sus indicios ciudadanos aparece que es una mujer, que es negra, que es inmigrante, y segundo, además empresaria, pues está declarada como co-dueña de un bar-restaurante. Lo que es innegable.
Las hordas de Twitter empezaron a descargar en contra de las personas que no hacían más que comentar lo que es claro y evidente. Del mismo modo que aquí, desde ayer, y en un post debajo de otros a su vez debajo de este, he dicho lo que es. Unos se llevan las manos a la cabeza, otros exigen que Dios interceda, y otra ignorante supone que decir la verdad ya lo clasifica a uno como un próximo de Hitler, sobre todo debido a la estatura, o sea, echando mano de la exclusión física.
Cuando yo especifiqué que Ana Julia Quezada es mujer, es porque lo es, ¿quiere decir esto que todas las mujeres son criminales? No. Cuando insistí en que es negra, es porque lo es, ¿dije que todos los negros son asesinos? No. Cuando expuse su origen tal como lo han recalcado otros, es porque siendo inmigrante su origen es dominicano. ¿Dije en algún momento que todos los dominicanos son asesinos? No. ¿Protestaron todas las madrastras y empresarias de este mundo? Pues claro que no.
Tampoco cuando ha habido un crimen de rumanos, blancos, o un asalto, del que yo y mi familia, por ejemplo, fuimos objeto en La Herradura, hace varios veranos, en España, y que denuncié y he seguido denunciando, que eran blancos y rumanos, nadie se incomodó ni han seguido incomodándose con las manos en la cabeza, ni implorando a Dios, ni comparando con el Führer, incluso si los rumanos pudieron ser judíos, que fue a los que de verdad persiguió Hitler, más que a los negros, a ver si aprenden algo de historia. No, nunca un blanco ha reaccionado creyendo lo que no es, que se acusa o que yo acuso a todos los blancos de criminales, tampoco los rumanos han inundado este perfil, ni el otro, de comentarios nocivos (y tengo una enormidad de amigos rumanos que hablan y leen lo que escribo porque conocen el idioma español y lo manejan mejor que muchos hispanohablantes) sugiriendo airados que me he referido a todos los rumanos como posibles asesinos, y mucho menos se han sentido vejados como inmigrantes.
Mucho menos sucede en el caso de los árabes. Y miren que pululan terroristas árabes, pero toda la población árabes no se siente implicada cuando se menciona que los terroristas son árabes, y mucho menos cuando se les designa como inmigrantes a los que lo son. Por la mera razón siguiente: las neuronas, la inteligencia, el sentido común, los llevan y usan por encima de la melanina, del color de la piel.
Que usted siendo negro, y teniendo más amigos blancos que yo que soy blanca (dudosa, debido a mi mestizaje), que tengo más amigos negros que usted que es negro, se sienta herido, vejado, y hasta comparado con un asesino, por el simple hecho de que se designe a esa persona por sus orígenes y por lo que es, quiere decir que usted es un racista de los peores, que usted es el primero que no está satisfecho con su color de piel, que usted piensa que porque una persona negra sea una criminal ya entonces usted por efecto transitivo también debiera serlo.
En otra época sería comprensible, aunque tampoco, pero ¿ahora, en pleno siglo XXI cuando los negros inclusive pueden llevar a los tribunales a los blancos por insultos racistas y no a la inversa? Vamos, no manches, no estrujes que no hay quien planche. Pero sobre todo, si no tienes ni un milímetro de inteligencia, y no te has enterado de lo que va la discusión, al menos admite que eres un cayuco, e infórmate mínimamente. Después, entonces, llévate, si acaso, las manos a la cabeza y clama e implora a Dios.
Pero los peores, o las peores, son las mujercitas «metementó», las mentee’pollo «blanquitas sucitas», como las llaman los mismos negros, que entraron ayer aquí por primera vez a opinar con la raja. Respeto demasiado la inteligencia, por igual. Digamos que lo que me mueve en la vida es la inteligencia. Primero, para mi, la inteligencia, por encima de todo lo demás. De modo que cuando veo a un hombre bruto no sólo me deprimo, me asquea, pero cuando me tropiezo con una mujer, que además de imbécil, opina con la raja, con la chocha, con la crica, con la papaya, entonces sí que no lo aguanto. Porque para inteligente yo, pero para papayúa, todavía más yo.
Que tengan un buen lunes.
Zoé Valdés
Zoé Milagros Valdés Martínez
Nota: Según las leyes vigentes en España la criminal sería condenada, aunque es probable que por ser mujer, negra e inmigrante, los colectivos sociales de la izquierda, así como los Partidos políticos de la izquierda, presionen para que la pena no sea la merecida y para que no cumpla los años de cárcel que debiera. A su salida, después de haber sido mantenida con todos pagado en una cárcel más que correcta, y no como la que seguramente se encontraría en su país, es probable que tenga derecho a una pensión hasta que pueda reinsertarse en la sociedad. Eso, si es que ella lo desea.
A los ancianos españoles y europeos, a los abuelos que nacieron en estas tierras, se les da una miseria de pensión después de haber trabajado toda sus vidas, y si fueron «profesión liberal» -es mi caso- se les niega, según lo trabajado.

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