Matar a las Rosas

Son gentes, las izquierdas, y para muestra ya hemos visto muchos botones, que cuando la derecha se siente indulgente y de cierto modo los deja gobernar, una y otra vez lo hacen muy mal; y menos mal que tenemos el limpio y transparente cuerpo de voceros de los medios de comunicación, que por el bien de la humanidad están atentos a defendernos y explicarnos, que la gente de izquierdas ni vale para gobernar país alguno, ni tienen esa dulzura mayestática que tienen los líderes de la derecha que todos conocemos y admiramos, especialmente por su aparente sobrada inteligencia, don, y escogimiento divino.
Desde España, país donde se admira; quizás sería mejor escribir se veneran, gestos que están ¡menos mal, gracias prensa, radio, tele! denunciados a diario sin que nadie pague nada, y por iniciativa o bondad propia, porque son así de eficientes las enseñanzas en las Escuelas de Comunicación, y sale espontáneamente sabiendo que el izquierdoso mejor es el que está muerto, a ser posible con un pedacico de plomo, porque la cotización del precio del plomo va de puto culo desde que las conducciones de agua se hacen con otros materiales.
Un rojo, uno de izquierdas, todos sabemos que no saben gobernar un país; y, cuanto más recursos tenga un país, menos. Los países los saben gobernar de maravilla en lo referente al reparto y la equidad hasta el extremo que erradican la pobreza, y si hay alguno pobre es porque, en su libertad, le gusta serlo, son las gentes que señalan con el dedo desde la Trilateral, o, en sus santas sucursales los consejos episcopales, dos organismos atentos, porque es su obligación a que no decaiga el precio del plomo en los mercados.
En España si pones una radio, por citar una, Radio Cinco, Todo Noticias, y para que veas que estás escuchando una emisora de radio que se financia con el dinero de todos los españoles, como los españoles hemos dormido y seguimos durmiendo tan tranquilos cara a los que ordenaron fusilar y asesinar a  trece mujeres españolas (algún rojo las adjetivó, a desestabilizadoras semejantes de la santísima  paz franquista, como las trece rosas), a pesar de que tal brutal e inhumano fusilamiento llevó emparejado una locura de fusilamientos para desestabilizar emocionalmente a todo el país, desde la radio te hablaran sin parar de la importancia que tiene para nosotros los éxitos de los cantantes gringos, y que el asesinato es un mal necesario y por eso no lo publicitan.
Durante muchos, muchísimos años, y la cuenta sigue, España, sus medios de comunicación, de una manera tácita y vilmente pactada, antes de morir, mueren matando: desinformado; Haciendo una pelota descarada, humillante, al poder del dinero. Pero ellos, los medios, desaparecen sin lastre alguno de violencia, sino que se marchan a la papelera y ninguno, que se sepa, ha pedido perdón antes de morir a sus posibles lectores por el bombardeo sistemático de desinformación en espera de una migaja económica que lo mantenga.
Cuando los medios viven del erario público, en España, su proceder es exactamente el mismo que aquellos medios que están vivos, subvencionados por bajo el mostrador, que todos los días tienen la obligación, y si no les nace, de hablar de lo malo que es la izquierda y el progreso para el mundo, y basta echar un ojeo para comprobar lo bien que se porta los que saben mandar fusilar rosas para la colectividad humana.
Por tanto, no me merece la pena intentar explicar que el capitalismo ha sido un fracaso global; que no vale el dicho de que la democracia es lo mejor entre la malo que tiene el hombre. Y por más que estén arropando los medios a gentes que no les tembló el pulso a la hora de fusilar rosas, al contrario, lo hicieron por el puro placer del escarmiento.
Y hay que escarmentar a los que quieren que sus impuestos vayan a mantener una sanidad pública gratuita, y una educación para todos pareja.
Y no se preocupan del precio del plomo.
Salud y Felicidad. Juan Eladio Palmis.

Salir de la versión móvil