VALLADOLID, 19 Mar. (EUROPA PRESS) –
La familia Martínez-Fortún ha donado al Ayuntamiento de Valladolid el
archivo que conservan con miles de documentos que abarcan desde el siglo
XV hasta finales del XX y que recogen abundante información sobre esta
familia en particular, hechos históricos como el carlismo o la Guerra de
Cuba y sobre la burguesía vallisoletana.
El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, en compañía del director del
Archivo Municipal, Eduardo Pedruelo, ha recibido de forma oficial el
archivo de la familia Martínez-Fortún, que ha sido donado al Ayuntamiento de Valladolid por Eduardo Martínez-Fortún Medrano por sí y en nombre de sus hermanos, para su conservación permanente en el Archivo Municipal.
Este «valioso» archivo familiar, como ha recalcado Puente, contiene más
de cuatro metros lineales de documentos, equivalentes a unas cuarenta
cajas de archivo, y más de 2.300 fotografías en distintos soportes
–placas de vidrio, negativos en película, positivos en papel–.
Alberga vestigios de cinco siglos –desde el XV hasta mediados del XX)
de historia de la familia Martínez-Fortún; una familia cuyos orígenes se
remontan a la Navarra del siglo IX, y que llegó a Valladolid en el siglo
XIX procedente de Cuba.
Óscar Puente ha reiterado el agradecimiento del Consistorio a la familia
por «el gesto que ha tenido», al tiempo que ha definido este momento
como «histórico» por el valor e importancia que le da a este archivo.
Asimismo, ha garantizado que el legado «se mantendrá vivo» y a
disposición de los investigadores.
Por su parte, Eduardo Martínez-Fortún, que era el custodio del archivo
familiar hasta su donación, ha explicado que ahora lo deja en «las
mejores manos posibles» para que pueda mantenerse «mucho más tiempo,
otros 500 años», como ha confiado tanto él como el director del Archivo.
Martínez-Fortún ha agradecido el trato recibido por parte de Pedruelo,
que le ha aclarado las dudas que tenía sobre el aspecto legal de la
donación y su almacenamiento, algo que ha recordado que es importante
pues considera que las viviendas actualmente no están concebidas para
guardar este tipo de documentos, que «pueden acabar en manos de
anticuarios o en mercadillos de viejo».
Eduardo Martínez-Fortún ha explicado que primero «husmeó con curiosidad» el archivo, cuando lo recibió de su tía María Luisa, pero posteriormente se ha sumergido en su estudio sobre las evoluciones de sus antepasados, a los que en muchos casos cree que tiene «la sensación de conocer».
El archivo consta de dos partes claramente diferenciadas, con un primer
bloque con documentación desde el siglo XV hasta finales del XIX, aunque
predominantemente del siglo XVII, que corresponde a diferentes familias
–Docampo, Velázquez, Villafáñez, Muñoz, Barrio, Contreras, Alonso,
Santander y otras– cuyos mayorazgos fueron a parar a la familia
Martínez-Fortún después de la muerte, en 1637, de Lucas Velázquez, su
último poseedor.
Se trata de una documentación muy variada, en la que se encuentran casi
todos los tipos documentales característicos de los archivos familiares.
Destaca la «rica y abundante» información de carácter genealógico, como
ejecutorias de hidalguía, pruebas de limpieza de sangre, árboles
genealógicos, junto a la que se encuentra información sobre la
administración de los bienes que forman parte de los mayorazgos (entre
los que destacan determinadas haciendas radicadas en la provincia de
Segovia).
El segundo bloque, con documentación más moderna, desde el último cuarto del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, se refiere mayoritariamente a los Martínez-Fortún, herederos de los mayorazgos anteriores. Entre esta documentación se encuentra abundante información sobre el carlismo, sobre la familia Borbón y los descendientes de
Carlos María Isidro –primer pretendiente carlista–, sobre los
distintos militares de la familia, sobre Cuba y sobre la burguesía
vallisoletana del siglo XIX y de comienzos del siglo XX.
Destaca en este bloque la información relativa a figuras singulares de
la familia como don León Martínez-Fortún y Erlés, que fue comandante
general de Álava, conde de San León, y ayo de Jaime de Borbón y
Borbón-Parma –Jaime I, pretendiente carlista– y los hermanos
Francisco, José María, Mariano y Carlota de Cossío Martínez-Fortún.
Entre los documentos más valiosos del archivo se ha destacado, entre
otros, las nueve ejecutorias de hidalguía de los siglos XVI y XVII, y la
espléndida colección de fotografías familiares de los siglos XIX y XX.
Todos estos documentos, como ha explicado Eduardo Pedruelo, están
sometidos a estudio y digitalización en el Archivo Municipal para poder
ser puestos a disposición de los investigadores y los ciudadanos en los
próximos meses.