La Agrupación de Sociedades Castellanas y Leonesas de Cuba (Ascyl) que preside María Antonia Rabanillo, homenajeó el pasado 16 de diciembre, Día Internacional del Migrante a una de las personalidades más destacadas del colectivo zamorano en la mayor de las Antillas, el fraile dominico Manuel Uña Fernández, asistieron más de un centenar de asociados y directivos de las siete casas regionales de Castilla y León en la capital cubana, y estuvo presidido por la ministra consejera de la Embajada de España en Cuba, Nuria Reigosa González. Entre los invitados se encontraban: Mª Pilar Fernández-Pacheco, por la Consejería de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social; el profesor zamorano, Juan Andrés Blanco; el presidente de la Federación de Sociedades Españolas de Cuba (FSEC), Julio Santamarina; el destacado meteorólogo, José M. Rubiera Torres; el presidente del Instituto de Historia de Cuba, René González Barrios; presidentes de asociaciones españolas y otros invitados.
Discurso de agradecimiento
El padre Uña agradeció a todos por la condecoración recibida y dijo sentirse “afortunado de haber tenido una patria, que se llama España, una comarca, un pueblo, una casa y una familia entrañable”. Recordó con nostalgia su primera visita a Cuba en 1986 y como la fue conociendo y queriendo de la mano de Federico García Lorca, (“Madre, si algún día me pierdo, que sea en La Habana o en Granada”) y de José Martí, (“qué misterio ocultísimo tiene la palabra cubano, qué misterio”) y añadió que en estos momentos, “a estas alturas de mi vida, ya han pasado 33 años, con razón puedo exclamar: “Más dulce que el nombre, me sabe la riqueza que encierra dentro el corazón del cubano”.
Relató sus experiencias de emigrante, y recordó a un grupo de zamoranos ilustres que llegaron a Cuba y a La Habana desde comarcas lejanas “y trabajaron unos en el mundo de la cultura, de la industria y del comercio, frailes y sacerdotes, fueron otros”.
Agradeció a su Majestad el Rey de España por la condecoración otorgada; así como a la Embajada de España en Cuba y a la presidenta de la Colonia Zamorana, María Antonia Rabanillo “porque yo bien sé lo que esta medalla significa y encierra. Detrás de mi persona está mi amada Orden de Predicadores a quien debo todo lo que soy, y a la comunidad de San Juan de Letrán que, año tras año, han confiado en mí para que les sirva desde la animación y el gobierno. A ellos remito esta distinción”.
Las conclusiones estuvieron a cargo de la ministra consejera, Nuría Reigosa, quien felicitó a los condecorados y dio a conocer la voluntad de la Embajada de España en Cuba de reconocer y estimular a españoles y cubanos que contribuyan con su obra al fortalecimiento de los lazos de hermandad entre nuestros dos países.