Los independentistas catalanes preparan una declaración unilateral de independencia para el lunes día 23 de octubre.
El Confidencial
Casualidad o no, ese día hace 40 años que Josep Tarradellas volvió a Cataluña y lanzó su famoso ‘ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí’ (ciudadanos de Cataluña, ya estoy aquí). Así lo indicaron fuentes soberanistas a El Confidencial. La decisión de aplicar el artículo 155 de la Constitución con la intervención del Gobierno catalán fue el detonante de que el mundo del independentismo se convulsionara este sábado por la mañana. Carles Puigdemont y Oriol Junqueras hablaron esta mañana y han coincidido en precipitar los acontecimientos proclamando la República catalana el lunes.
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¿Cómo se hará esa proclamación? No está claro todavía. Lo único cierto es que los independentistas se adelantarán a la luz verde del Senado para la intervención de la autonomía. El modo más probable es la convocatoria urgente de un pleno del Parlament para “analizar la situación política actual”. Una vez llegados al pleno, y gracias a la reforma exprés introducida por los propios independentistas, los grupos parlamentarios de Junts pel Sí (JxS) y la CUP pedirán la modificación del orden del día para introducir el punto de la aplicación de los efectos del referéndum del 1 de octubre. O, en otras palabras, para declarar unilateralmente la independencia.
Los detalles de la estrategia se discutirán a lo largo de este fin de semana entre todos los partidarios de la secesión: Govern, PDeCAT, ERC, CUP, Asamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural, Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), Asociación Catalana de Municipios (ACM) y varios pequeños partidos partidarios de la ruptura. En estas reuniones se tratará, además de la hoja de ruta para la declaración, de la articulación de un plan de choque para salvaguardar la decisión de ruptura: cómo se han de tomar las calles por parte de los ciudadanos (misión de ANC y Òmnium) y cómo controlar a esa gente (misión de la CUP a través de los comités de defensa del referéndum, CDR).
¿Cárcel? ¡Y qué!
“Puigdemont sabe que puede acabar en la cárcel, pero eso no le importa. Incluso le parce positivo. Le interesa más presentarse como mártir. Económicamente tiene poco que perder. Ni siquiera personalmente, ya que su esposa e hijos ya no están en España. Y políticamente le puede favorecer, según sus tesis”, añaden las fuentes consultadas. Lo mismo ocurre con Oriol Junqueras, que en las últimas semanas ha estado “empujando el carro” de la declaración como el que más.
La última oferta de Esquerra –aunque no consensuada con Puigdemont– fue que se aprobaba una declaración ‘blanda’ de independencia y, acto seguido, se convocaban elecciones. De este modo, los republicanos salvaban su cara ante el electorado más radicalizado. Los interlocutores de Madrid les dieron calabazas, aunque también es de reconocer que un sector de los republicanos se oponía a un acuerdo de estas características porque no le encontraban sentido: “Se discutió mucho en algunos despachos, porque si se proclama la independencia, se ha de hacer con todas las consecuencias”, explican las fuentes.