Flores de lis,
en América del Norte,
cruzándose entre España y Francia,
tras traumas y guerras,
de cultura fronteriza,
se abrió, con prestancia,
un encuentro neolatino,
con Luisiana como epicentro,
de cierta esperanza.
Franceses, españoles,
indios, negros, y también
colonos de Alemania,
forja un calderón humano,
donde se cruza un mestizaje
de honda relevancia.
Hogar de acadianos,
cuna del cajún; los isleños
canarios te abrazan.
¡Luisiana! Lirios y castillos,
te acompañan. Son los
luceros de tus mañanas.
Mantén tus peculiaridades,
para que en el futuro,
sigamos con constancia
tu devenir antropológico,
a través de islas y pantanos,
a través de Francia y España.