Los zumos en el Ministerio de Exteriores Español

Por: Juan Eladio Palmis Sánchez

En realidad se llama Ministerio de Asunto Exteriores, pero como se desconoce a qué clase de asuntos se dedica todo un ministerio encarado hacia el exterior, que con creces superará los dos mil millones de gastos anuales que salen del bolsillo de todos nosotros, y, aparte de llenar las primeras de los aviones y de gastar el zumo de frutas en las legaciones por arrobas para el disimulo de que trabajando no se bebe, no generan resultado positivo alguno para el país; que normalmente desconocen que es y se llama España, porque viven en otro planeta diferente al nuestro.

Tiempo de atrás tuve la enorme suerte de conocer y cambiar impresiones en la ciudad española de Granada, al bakugano de Azerbaiyan, Rustam Darakhshan, un americanista de primera división, que se explica en nuestra lengua seguramente con la precisión y fluidez que lo hará en su lengua túrquica, y del que gratamente pude observar, que lo que nos duele a muchos de los españoles, visto desde fuera; visto desde la perspectiva de gente culta y entendida como él, duele exactamente lo mismo.

Porque nadie comprende y puede explicarse una problemática que existe en este país que se llama España; un país singular, porque desde que se suprimieron los Juicios de Residencia a los funcionarios al terminar sus cargos y mandatos, y toda la democracia nuestra recae en los podridos y caciquiles partidos políticos que solo atienden a lo suyo, y lo suyo no es lo nuestro ni el bien común, España es un país paradójico y trágico en sus consecuencias.

Mientras que el imperio militar, los Usa, que hicieron correr en un principio a la secta católica vaticana: el imperio económico más poderoso que nunca haya visto este planeta, y le hicieron que dieran marcha atrás en sus apostolados, supuesto que la democracia yanqui no reconocía la propiedad privada tal y como le interesaba al clero vaticano ostentarla en aquel país, al margen de que el clero vaticano no sintió rubor alguno por pasar por la “piedra” Usa en aquellos prolegómenos de afianzamiento del capitalismo y perder toda espiritualidad de grupo por mantener las copiosas propiedades en aquellos territorios Usa, ahora, ese imperio de viejos carcamales, prostáticos en su mayoría, que es el Vaticano, está tirando por el suelo todos los principios yanquis, y nuestros diplomáticos no se ganan el sueldo ni aireándolo en su dramática y triste realidad.

A eso que tanto se aspira en España que se generalice, el que solo existan escuelas católicas en nuestro país, en Nuestra Provincia de Ultramar que es Puerto Rico, un plan de pensiones pagado por miles de maestros portorriqueños, por españoles de aquella provincia nuestra de ultramar que gobierna Donald Tramp, resulta que el depositario del fondo de pensiones, la diócesis católica portorriqueña, al mejor estilo trilero (con perdón para los señores trileros porque ellos se ganan la vida humildemente), con un patrimonio universal de tres pares de cojones, como si la iglesia católica portorriqueña no tuviera nada que ver ni conexión económica alguna con el Vaticano, se declara en quiebra legal y se la aceptan los Usa, por no abonar a sus afiliados, maestros de escuelas católicas, unos cinco millones de euros que les debe.

Los Usa guardan silencio al respecto, se tragan su democracia, y se colocan en la misma línea del imperio de los viejos prostáticos. Pero, lo que también duele es que, un asunto de semejante envergadura, un asunto para ser tratado por el ministerio que está para esos asuntos, un ministerio que no para de enviarnos referencias de lo mal que se sabe gobernar en Cuba, Venezuela, o Bolivia, y encima no tiene ni la valentía de decir que son ellos los que canalizan semejantes noticias, no pueden recibir aplausos de nadie que no sea de su propia calaña.

Mientras que una parte de Cataluña quiere irse de España, hay dos hermosos países, Cuba y Puerto Rico, que les gustaría estar en una reciprocidad mayor en todos los asuntos con España; pero ni al imperio militar, los Usa, les da la gana que así sea, y muchos menos al imperio económico de los viejos prostáticos vaticanos, que esos no se cansan de acumular riqueza, y tal como van la acaparan por muchos miles de millones a diario.

Y del Ministerio de Asunto Exteriores español, sólo decir que si lo cierran, lo sentirían los asientos de primera de los aviones, y los fabricantes de zumos; pero los españoles, pese a los millones que pagamos por él, ni nos enteramos.

Salud y Felicidad. Juan Eladio Palmis.

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