Los Sucesos de San Isidro y la jugada de la policía política castrista

José Gabriel Barrenechea.

Para mí el verdadero Poder en las sombras en Cuba, los órganos de los sentidos, «interesados», de la élite castrista, fueron los que planearon lo sucedido.

La Seguridad del Estado, que es la institución encargada de suministrarle los datos a esa élite, para que a partir de ellos puedan formarse una idea del Mundo a su alrededor, y actuar en consecuencia.

Fue la Seguridad del Estado quien planeó la provocación y la condujo poco a poco a dónde querían. Hicieron que un policía se le metiera en su casa al joven Denis Solis, para provocarlo y a seguido detenerlo y sancionarlo a todo correr, porque sabían que el Movimiento San Isidro iba a reaccionar plantando una protesta frente a la estación de policía que ellos escogieran, mediante una muy conveniente fuga de información; luego los fueron llevando hacia su sede con detenciones breves y bloqueos; luego que los sitiaron allí les cortaron los alimentos, porque calcularon que en su indignación los sitiados optarían por una Huelga de hambre; por último permitieron que entrara alguien acabado de llegar desde el exterior, a dónde no permitían entrar a nadie, ni diplomáticos, ni de la Iglesia, lo que les daba el pretexto para el acto final… Así la Seguridad del Estado planeó y llevo adelante lo que no podía quedar sino como una total chapucería del régimen, aunque como una obra maestra suya

¿Por qué y para qué? Porque la Seguridad del Estado vive y justifica su existencia, sus estatus de mafiosos que controlan el “barrio” como sus machos alfas, sus no pocas «ventajitas» materiales, su omnipotencia y ubicuidad, su privilegiada posición de intermediadores entre la élite castrista y la realidad, en el conflicto con los Estados Unidos de América, en la atmósfera de confrontación, que con esta nueva administración ven peligrar sin duda. Por ello es que en cuanto se convencieron de que Trump no permanecería en la Casa Blanca decidieron actuar de raíz, antes de que esa atmósfera de confrontación les fuera a desaparecer, para crear una situación que le pusiera difícil a la administración Biden echar a un lado, ante la opinión pública, los argumentos de quienes se opusieron y oponen a la política de Obama hacia Cuba, y a su continuación con sus matices por el que fuera vicepresidente de aquel.

San Isidro ha sido más de lo mismo, la repetición de la acción provocadora, de naturaleza desconocida, contra los diplomáticos americanos en La Habana en 2016, que sin duda el G2 llevo adelante con la cooperación de los órganos de inteligencia rusos, o chinos, que fueron quienes aportaron la tecnología necesaria.

Los sucesos de San Isidro demuestran que no se logrará iniciar o conservar el Acercamiento, la Normalización o Deshielo, como quiera llamárselo, a menos que se le exija al gobierno cubano que le agarre la correa a sus perros de la Seguridad del Estado, y del MININT, que les ponga bozal… lo primero mediante una Ley Orgánica de la primera institución, que controla a la segunda en la medida de sus conveniencias.

NO SE PUEDE DAR UN PASO SIN CONDICIONARLO A QUE EL RÉGIMEN CONTROLE AL DEPARTAMENTO DE SEGURIDAD DEL ESTADO.

Lo otro sería edificar en arenas movedizas, aliviar ahora las necesidades de los cubanos de a pie, para poco después volver a lo mismo, cuando la Seguridad del Estado ponga en función alguna de sus jugadas.

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