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Los "libertadores", fuentes inagotables de odio contra el indio

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BOLÍVAR, LOS LIBERTADORES Y LAS REPÚBLICAS LATINOAMERICANAS, FUENTES INAGOTABLES DE ODIO CONTRA EL INDIO

COSAS DE INDIOS EN LA REPÚBLICA QUE NO SABÍAS:

Mientras España reconoció derechos, nobleza, dignidad, jerarquías, usos, costumbres, instituciones, entre otros, la tierra comunal indígena, y concedió fueros, honores, privilegios, títulos de nobleza a los indios, prohibiendo su esclavitud so pena de muerte —como ya se mencionó en la publicación anterior—, las repúblicas americanas después de su así proclamada independencia desconocieron y borraron de un plumazo todo esto, miles de años de historia y tradición omitidos por las “luces” y la “ilustración” dizque criolla bajo el inmortal lema de “libertad, igualdad y fraternidad”. ¿Qué ha sido de la suerte del indio desde la creación de las repúblicas latinoamericanas?

Hay mucho por escribir al respecto y dejaría corta a la leyenda negra de la colonización española.

En 1824 Bolívar abolió los cacicazgos en toda la (Gran) Colombia -los actuales Panamá, Venezuela, Colombia y Ecuador- (su nombre oficial era Colombia, sin la “gran”), rebajando al indio de su condición natural para acto seguido suprimir las tierras comunales indígenas que después repartió entre sus amigos, lanzando a la miseria y al peonaje a millones de indios.

En 1860 había en Tierra del Fuego 3000 indios yaghanes; en 1884 1000, en 1913, 100; en 1931, 60, y en 1939, 30. Los onas, es decir los famosos patagones, eran, en 1891, 2000; cuando los estudió el padre Gusinde en 1919 sólo quedaban 279, y cuando los volvió a visitar en 1931 tan sólo sobrevivían 84, hoy prácticamente están extintos gracias a la acción exterminadora de la república Argentina y de Chile en su expansión al sur que de 200 mil indios dejó ni 5.000 de ellos en la Patagonia. Un gobernador chileno en Magallanes, en 1895, plena modernidad, con derechos del hombre de por medio, mandó a la isla Dawson un piquete, que sorprendió a los indios alacalufes, exterminó a la mayor parte y llevó al resto a Punta Arenas, donde los vendieron en subasta pública como esclavos. En Uruguay quedaban a mediados del siglo XIX medio millar de indios charrúas, valientes e indomables, los cuales fueron extinguidos totalmente en la expedición de 1832 mandada por el general Rivera. los tres últimos charrúas murieron en Europa después de haber sido exhibidos como bichos raros. La explotación de caucho del Amazonas se hizo de una manera tan bárbara a inicios del siglo XX que lo que extrajo la casa Arana de Brasil, Colombia y Perú originó la muerte de 30.000 indios entre 1910 y 1911.

Horrible fue la represión de los indios de Yucatán sublevados en 1847, costó quince años someterlos, pero se hizo de manera despiadada, incluyendo la matanza de Tekax ordenada por el coronel José Dolores Zetina en nombre del estado mexicano, autorizando después las autoridades de Yucatán vendieran a los prisioneros como esclavos. En la presidencia de Porfirio Díaz se sublevaron los yaquis de Sonora, se les declaró esclavos y se vendieron al precio de 65 dólares cada uno a los hacendados de Yucatán. Así actuó México, el país más indigenista del continente.

Ni hablar de la política “indigenista” de Estados Unidos que fue de franco exterminio.

De los otomacos de los Llanos de Venezuela, que eran unos 4.000 cuando los visitó Humboldt a inicios del siglo XIX, para mediados del siglo XX sólo quedaban algunas familias dispersas. En Ecuador a la proclamación de la «independencia» en 1822 y hasta 1830, le siguieron 9 rebeliones indígenas contra la república de Colombia, todas sofocadas a sangre y fuego por los próceres independentistas, masacres que sirvieron como preámbulo de lo que sería el trato histórico recibido por ellos desde la moderna e igualitaria república del Ecuador. Y así, nuestros liberales, progres, y hasta indigenistas siguen traumados, insistiendo y tratando de conservar la “identidad nacional” basada en la trasnochada idea decimonónica de “nación” y Estado-nación homogeneizador y destructor de los pueblos y sus sanas diferencias.

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