La narrativa oficial/dominante/rosa acerca de los llamados “libertadores” de América suele exhibir las proclamas públicas al mismo tiempo que oculta otro tipo de documentación, la misma que nos muestra cómo Miranda, Bolívar y San Martín, entre otros, muestran pesar y arrepentimiento.
No se nos cuenta cómo Miranda, antes de morir, pedía desde Cádiz ser un instrumento para reunir a Venezuela con su madre patria española.
No se nos cuenta cómo Bolívar acabó abominando de su propia insurrección.
No se nos cuenta el profundo pesar de un San Martín que, al igual que Miranda, había sido militar español… Al igual que la familia de Bolívar…
Tampoco se nos habla sobre los enfrentamientos y hasta traiciones que hubo entre los propios y supuestos “libertadores”…
Por supuesto, tampoco se nos habla del amor por lo ajeno tan presente en Miranda, Bolívar, Nariño y tantos otros…
Siempre ha sido más fácil la propaganda monolítica, idolátrica y agresiva que ha suscrito la propia España desde el liberalismo del siglo XIX. Pero la historia fue mucho más compleja.
Con todo, ese discurso se acabó. Ya no se sostiene por ninguna parte. En estas fechas, cuando se supone que deberíamos estar festejando bicentenarios (y la misma leyenda rosa hay en España con respecto a las Cortes de Cádiz, que no dejaron de ser un desastre denunciado por personajes tan diferentes como lo podían ser Jovellanos y Blanco White), sin embargo, vemos cómo nuestros países son presa de la corrupción y la debilidad. El Foro de Sao Paulo proyecta una suerte de URSS iberoamericana que engulle a España también. Y esto no es algo que venga de un día para otro, sino que forma parte de una serie de consecuencias históricas que, lejos de arreglar problemas anteriores, nos están sumiendo en el abismo.
Así las cosas, con el pana Emilio Acosta Ramos de Venezuela Provincial nos disponemos a analizar este polémico tema.
¡Pasen y vean!
-Vídeo:
*Sobre Emilio Acosta Ramos y Venezuela Provincial: