¿Qué es la independencia?
El gobierno cubano moviliza cada año miles de personas para protestar contra el imperialismo. Los jóvenes tienen que interrumpir su educación y perder años de vida para prestar el servicio militar.
Según las últimas cifras que registra el Banco Mundial, Cuba gasta anualmente el 3,3% de su PIB en Defensa. Cerca de los 1.600 millones de euros. ₁
Es un gasto per cápita de 143 €, casi tres veces mayor que el de México (50€). Para la cantidad de población que tenemos gastamos mucho más en defensa que Brasil (125€), Argentina (83€), Panamá (42€) y Guatemala (13€). ₂
¿Por qué se hace esto? ¿Realmente son las armas y la propaganda de gobierno las que hacen libre a un país?
Desde que EE.UU. se convirtió en una potencia independiente nuestra historia ha estado marcada por su cercana geografía. Los primeros intentos para desterrar al régimen español de Cuba fueron los desembarcos de Narciso López en la década de 1850. Estos buscaban anexionar Cuba a los Estados Unidos.
Pero ni el anexionismo ni las ideas autonómicas de volver a Cuba una provincia de España tuvieron éxito. En 1868 miles de cubanos entendieron que el único camino para la independencia eran las armas. Lo entendieron los mambises, los intelectuales y hasta los campesinos que sabotearon el paso de las tropas de Valmaseda a Bayamo.
Esa etapa en la que se luchaba porque Cuba fuera independiente no genera polémica entre nosotros. Ningún cubano se declara actualmente anti separatista ni anti mambí. Es una etapa clara y apasionante de nuestra historia donde la idea de soberanía es sencilla: el gobierno debe pertenecer a los cubanos y las riquezas deben ser enteramente para nuestro beneficio. El único camino en aquella época eran las armas porque precisamente el régimen colonial se mantenía a base de ellas.
Con la república, aunque sumamente imperfecta, ya había un gobierno de cubanos. Aún quedaban vacíos en los que no éramos claramente independientes. Hasta el 1934 tuvimos una enmienda constitucional que le daba el derecho al gobierno de EE.UU. de intervenir en nuestro país cuando lo considerara necesario. Hasta ese momento es claro hablar de falta de independencia y de soberanía.
Pero una vez que Cuba deja atrás el colonialismo y la enmienda Platt : ¿Qué es la independencia?
Quedaron problemas como el dominio de las multinacionales, los gobiernos corruptos y la desigualdad social. Pero ya no son problemas de forcejeo geopolítico. Son problemas derivados de una república que aún no terminaba de conformarse. Las mafias no lavaban dinero en Cuba porque el gobierno estadounidense lo incentivara. Lo hacían porque el sistema político cubano de aquel momento aún tenía grandes vacíos. La segregación y el poder de las multinacionales también eran problemas estadounidenses, y la misma democracia los fue superando.
Pero los valores de independencia y libertad se han tergiversado hasta nuestros días. El furor heredado por los mambises se ha manipulado para mantenernos en un estado de militarización constante. Siempre se habla de “soberanía“ y de “antimperialismo“.
¿Realmente se consigue la libertad con marchas, días de la defensa y un gasto militar tan alto?
La batalla de ideas de la que hablaba Martí tenía un contexto muy distinto al que se está usando. Ahora es una justificación para enfilar una propaganda unilateral de ideas. No es un debate sino una lucha contra el “enemigo”.
¿Se puede conseguir la libertad con eso? ¿Somos realmente independientes cuando un turista extranjero tiene más estatus que un cubano de a pie?
Un policía le da primero la razón a un extranjero que a un cubano. Una tienda recibe mejor a un turista en chancletas que a un cubano en jeans. Y no se trata de ser hospitalarios o xenófobos. Sino que el sistema ha dejado rezagados a los cubanos en sus derechos y oportunidades mientras que los demás ciudadanos del mundo han avanzado en sus libertades individuales.
He escuchado decir que somos dignos porque nos enfrentamos a EE.UU. ¿Pero realmente es la lucha por la dignidad nacional o por la dignidad de un gobierno?
Un país puede estar nacionalmente orgulloso cuando los derechos individuales de los ciudadanos son respetados, no cuando le tiramos piedras o le declaramos la guerra a una nación.
Se pueden sacar miles de pliegos de agresiones de EE.UU a Cuba. Pero no hay razón alguna para que un ciudadano cubano tenga menos derechos que el resto. Para que muchas personas se vean obligadas a poner a un lado sus valores y separarse de sus familias.
Si queremos ser un país independiente y libre la respuesta es sencilla. Necesitamos una república democrática donde se respeten los derechos individuales que tiene cada persona. No harán falta armas ni agotadoras marchas contra el imperialismo si los cubanos tienen verdaderas oportunidades de desarrollo.
No hay que darle poder a gobernantes populistas para que expropien empresas. Solo hay que crear un sistema jurídico tan justo que hasta el más humilde de los ciudadanos cubanos sea capaz de ganarle en un juicio a una multinacional.
No hay que restringir el comercio sino promover espacios de creatividad e innovación para que el país desarrolle su economía. Las naciones no se empobrecen porque haya inversiones extranjeras, que de hecho Cuba las tiene. Se empobrecen porque no tienen un sistema que estimule el emprendimiento y la inversión productiva. No conseguiremos la independencia económica con consignas sobre el “imperialismo” y la “neocolonia”. Lo lograremos con una economía competitiva dispuesta a entrar en el comercio mundial.
Países pequeños como Bélgica, Dinamarca y Suiza no son independientes por tener grandes fuerzas armadas ni por ganar “batallas de ideas”. Al contrario, crean espacios para las opiniones, para que los emprendedores propongan, discutan, innoven y creen. Son independientes gracias a su competitividad y a su crecimiento económico.
Las soluciones a nuestros problemas no están en la victimización geopolítica. Las respuestas no están afuera sino adentro.
Si queremos evitar que “el grande nos coma” creemos un país con leyes justas, libertad de expresión, elecciones libres y garantías constitucionales. Seamos el referente de democracia y de desarrollo humano.
Fuentes