La propaganda negrolegendaria

-Por Carlos Rodriguez Hurtado

La propaganda negrolegendaria, fomentada por los enemigos de España, afirma que los piratas que operaban por los mares suponía un quebradero de cabeza para los españoles y, además exagerando sin inmutarse, que fue una de las causas de la pérdida del Imperio español. Nada más lejos de la realidad.

La Flota de Indias se erigió como un sólido sistema casi imposible de resquebrajar, de tal manera que su estrategia de defensa sirvió de modelo en las dos guerras mundiales, copiado por británicos y estadounidenses.

La Flota de Indias hacía el recorrido dos veces al año, partiendo de Sanlúcar de Barrameda hasta la isla de la Gomera, dónde se procedía a la “aguada” (recogida de agua en tierra). A continuación emprendía la navegación durante treinta días arribando a las Dominicas dónde reponían suministros. El convoy iba encabezado por la nave Capitana y a barlovento se situaban los galeones mejor artillados en funciones de escolta; no solo servía de protección sino de evitar que las naves se desviaran del rumbo. Por la noche, cada nave encendía un farol a popa como referencia para el que seguía. El artífice de tal estrategia de navegación fue Menéndez de Avilés.

Según datos contemplados por Fernando Martínez Laínez, en su libro “Tercios de España: Una infantería legendaria”, el daño causado por los ataques piratas fue menos del 1%, debido a la gran efectividad del sistema de navegación y defensa de las flotas.

Como sea que a piratas como Drake, le era imposible hacerse con la flota española o causar daño a sus galeones, su actividad consistía en el ataque a poblaciones costeras que estaban indefensas, por lo que Felipe II ordenó la construcción de fortificaciones en el Caribe, encomendada la labor a los mejores arquitectos del Imperio.

Por lo que el daño en el mar causado a la Flota de Indias fue menor y ha estado adornado por la historiografía inglesa, fundamentalmente, dando relieve a sus paisanos piratas.

En realidad, no disponían de grandes naves como nos hacen creer en la factoría Disney con sus películas “Piratas del Caribe”, etc. que aparecen como enormes moles de velas negras con varias baterías de cañones por banda que luchaban contra enormes navíos de guerra y salían vencedores. Los piratas eran hienas, que se aprovechaban de los naufragios por causas climatológicas o atacaban pequeños barcos pesqueros o chalupas. Su intención era pasar desapercibidos y manejar naves rápidas, por lo que es contradictorio con lo que nos muestran en su afán negrolegendario.

En España también fue alimentada esa leyenda por influjo del liberalismo y del romanticismo. Así tenemos a Espronceda con su “Canción del pirata”, producto de ese ardor de “libertad y rebeldía” liberal, revestida de un aura de fortaleza y valentía, cubriendo la imagen de un tipo de delincuencia organizada con pingües beneficios.

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