-Artículo de Manuel Fuentes Márquez
Página Libros y Lanzas
https://www.facebook.com/librosylanzas/
¿Sabías qué…? Tal día como hoy, 30 de julio, pero de 1789, parte de Cádiz la expedición Malaspina, una expedición político-científica financiada por Carlos III y la más ambiciosa de este tipo en la época y la historia de España.
Se prolongó hasta 1794 y recorrió las costas de toda América, desde Buenos Aires a Alaska, las Filipinas y Marianas, Vavao, Nueva Zelanda y Australia. La monarquía española de la época dedicaba al desarrollo científico un presupuesto incomparablemente superior al del resto de naciones europeas. Y es que sus territorios americanos eran un vasto laboratorio para la experimentación y una inmensa fuente de muestras.
Como buen ilustrado que era, Carlos III amaba todo lo referente a la ciencia y la técnica. En las últimas cuatro décadas del siglo XVIII una asombrosa cantidad de expediciones científicas recorrieron el Imperio español. Expediciones botánicas a Nueva Granada, Nueva España, Perú y Chile reuniendo un completo muestrario de la flora americana. Pero sin duda la más ambiciosa de aquellas expediciones fue un viaje hasta América y a través del Pacífico por un súbdito español de origen napolitano, Alejandro Malaspina, quien dio nombre a la expedición, acompañado por su colega José Joaquín de Bustamante. Fue una gran expedición de escala mundial, una de las primeras de la historia de carácter científico, cuyo objetivo era visitar y estudiar los principales territorios españoles en América, Asia y Oceanía.
Gracias a los diarios y escritos de los investigadores se pudieron conocer los variados y distintos aspectos de la realidad del Imperio, desde la minería y las cualidades medicinales de las plantas hasta la cultura, y desde la población de la Patagonia hasta el comercio filipino. Aquella recopilación sirvió para completar el proceso recopilatorio y cartográfico del Nuevo Mundo que se venía gestando desde su descubrimiento, tres siglos había costado. Lo que hizo Malaspina en realidad fue componer una verdadera física de la Monarquía.