La epopeya realista hispanoamericana (II)

VIRREY LINIERS

Hablaban de libertad e independencia,
los mayores servidores del imperio británico,
el mismo que humillado había sido por un
irrey de origen francés y corazón hispánico.

Santiago de Liniers, terror de la Union Jack,
orgullo victorioso de la Corona de Castilla,
el Río de la Plata tiembla y arde,
España está rota e invadida.

En Cabeza de Tigre se consuma la tragedia,
mas no dejas de señalar a los cipayos,
no dudas, no te achantas, no retrocedes,
identificas a los futuros tiranos.

En tu mente ondea la bandera blanca,
con la borgoñona cruz de San Andrés,
tu amor, tu defensa, tu lealtad,
tu sino, tu símbolo, tu altivez.

Oh, augusto virrey Liniers,
mártir de una épica fidelidad,
el argentino suelo por ti solloza,
llorando por la ruptura de la Hispanidad.

Aunque tirios y troyanos quieran,
justificar lo injustificable,
tu memoria vuelve a llamear…
¡No quedará mudo el ejemplo de tu sable!

Antonio Moreno Ruiz

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