La epopeya del Ejército Real del Perú

Tengo para mí que uno de los grandes males de nuestro hispánico mundo radica en lo mal que se nos ha contado la ruptura de una monarquía que no es era común, residiendo sobre un complejo equilibrio de poderes a ambos lados del Atlántico. Ahora dicen que fuimos la primera globalización y, con todos los matices que se quieran, tampoco está mal del todo esa expresión.

Empero, el referido  y complejo proceso de rupturismo que nos afectó a todos fue barnizado por los nacionalismos de turno, los mismos que estaban necesitados de construir nuevos estados nacionales (puesto que no los había preexistentes), y hasta en la misma España se cayó en eso. Por tanto, el que más y el que menos pensará que existían repúblicas anteriores a la Monarquía Hispánica y que la independencia era una consecuencia lógica de esto, de americanos discriminados frente a europeos opresores. Y la verdad es que como cuento propagandístico ha salido bastante bien durante mucho tiempo, pero las mentiras no son eternas. Y es en la misma Hispanoamérica donde muchos historiadores se han planteado y rebaten estos mitos.

Con el ingeniero e historiador Rafael Aita, más conocido mediáticamente como el Capitán Perú, un servidor ha tenido el lujo de hacer un programa sobre el Ejército Real del Perú, el mismo que fundara en 1810 el virrey Abascal y cuya base la componían soldados de los actuales territorios de Perú y Bolivia. El mismo Bolívar decía que “se jactan de catorce años de triunfos”. Desde Quito a Chile demostró ser una fuerza organizada y potente, siendo que militarmente parecían invencibles, hasta que las enormes vicisitudes políticas los fueron descomponiendo.

No obstante, el Ejército Real del Perú es uno de los grandes hechos que desmienten a la propaganda oficial, la misma que pretende decir que los ejércitos realistas sólo estaban formado por europeos que desembarcaron para someter el unánime deseo de independencia de los sudamericanos; así, los realistas serían los «españoles» y los patriotas por puros hispanoamericanos.

La causa de la independencia se nos ha impuesto como “epopeya”, intentando borrar ipso facto la otra epopeya, la de los americanos que, con poca ayuda europea, resistieron contra viento y marea para no separarse de España. Tenemos muchísimos ejemplos de gentes de toda raza y condición: Boves en Venezuela, Agualongo en Pasto, el Púñug Camacho en Quito, Benavides en Chile… Luego tenemos resistencias heroicas y hasta “románticas”, como las de los Pincheira entre Argentina y Chile, Huachaca en el Perú, Cisneros en Venezuela… Todas ellas son parte de nuestra historia, de una historia que hicieron fundamentalmente hispanoamericanos, mas que se escribió con un talante sectario hasta en la propia España, llena de monumentos a Bolívar y San Martín.

Con todo, ¡pasen y vean!

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