Fanjul es miembro de la Real Academia de la Historia y exmilitante del Partido Comunista
natalia vaquero.
«Hoy en día nadie, ni los historiadores arabistas, creen que Al-Andalus fue un crisol; fue una época terrorífica», argumenta con vehemencia Serafín Fanjul (Madrid, 1945), catedrático de Literatura árabe, miembro de la Real Academia de la Historia y látigo de los intelectuales complacientes con el Islam y con los nacionalismos periféricos españoles. Fanjul desmonta con sus estudios la idealización de la armonía de las Tres Culturas durante la época de convivencia en la Península de moros, judíos y cristianos. «Los que defienden esa majadería no han leído nada», responde sin contemplaciones antes de enfilar a Juan Goytisolo, «un señorito que ha vivido de creerse un escritor maldito» que no ha superado las teorías de Américo Castro. Exmilitante del PCE, Fanjul desgrana severas descalificaciones hacia Podemos en esta entrevista en exclusiva con Epipress porque considera a este partido «algo poco serio que puede dar grandes disgustos». Insta a las autoridades a que obliguen a los musulmanes residentes en nuestro país a cumplir las leyes y la Constitución y recrimina el silencio de las feministas respecto a la matanza de niñas cristianas en países como Nigeria.
Señor Fanjul, ¿qué tiene que ver el Estado Islámico (EI) con Al Qaeda y con el asesinato de Bin Laden?
El Estado Islámico y Al Qaeda son rivales aunque ambos sean suníes y son, sobre todo, antioccidentales. Sin embargo, poca gente presta atención al movimiento de rechazo a Occidente más peligroso, que es Arabia Saudí. Es de ahí de donde sale Al Qaeda, Bin Laden y el propio EI que bebe de su ideología y vive de su financiación. Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Kuwait sustentan a estos radicales aunque vendan que los persiguen, eso sí, siempre que actúen en sus territorios.
¿Por qué se produce ahora una escalada de ataques contra Occidente?
Porque no hay interés en acabar con esos radicalismos con contundencia. Lo que importa ya no es el petróleo, sino los flujos de capitales que hay entre Arabia Saudí y Estados Unidos. Hay demasiados intereses financieros manejados por grandes inversores americanos.
Así que Occidente se queda de brazos cruzados ante esta barbarie, ¿no?
Los radicales islámicos han visto la debilidad de Occidente y ven, sobre todo, a Europa acobardada. Yo creo que se equivocan porque Europa sigue siendo una gran potencia económica y cultural y Estados Unidos una gran potencia militar y económica.
Yihad significa combate por la fe. ¿Qué tiene que ver esa guerra santa con el Corán?
En el Corán se exhorta a hacer la guerra por Dios para difundir la fe musulmana. Yihad significa dos tipos de esfuerzo: uno es el interior y el otro el del combate físico contra los enemigos del Islam. Para el 90% de los musulmanes, la yihad tiene que ver con ese combate. Es una obligación de todo musulmán luchar contra los enemigos del Islam.
¿Qué tenemos que temer entonces los occidentales?
Los occidentales tenemos que temernos a nosotros mismos, a la debilidad que tenemos y que mostramos. Nuestra sociedad, sobre todo la española, se ha vuelto muy blandita porque se ha acostumbrado a vivir demasiado bien y no nos percatamos de que hay otras sociedades que viven mal y que no tienen el concepto del valor de la vida que tenemos nosotros. Cuando se vive en situaciones precarias se relativiza mucho lo que se hace, aunque la mayor parte de los terroristas tan solo cumplen órdenes de dirigentes.
¿Qué tipo de dirigentes?
Personas que no son pobres como ellos, gente acomodada que actúa por venganza, rencor, revancha y resentimiento personal. Son personas que viven entre nosotros resentidas con la sociedad y que atisban si no hacen algo un futuro frustrado y un presente muy feo.
Pero no todos los resentidos se hacen terroristas.
No, pero sí que vemos que se unen a partidos como Podemos que critican al sistema, algo que por cierto, ya hacían los neonazis.
¡Oiga, no me compare a los terroristas islámicos con Podemos!
No. Podemos es una cosa muy poco seria en origen que puede darnos muchos disgustos en el futuro. ¿Qué se puede esperar de un partido liderado por unos profesores universitarios de tercer nivel que en vez de estudiar se fueron a Venezuela?
Algo habrá hecho mal Occidente para que se dé ese peligroso caldo de cultivo entre los resentidos musulmanes, ¿no cree?
Por supuesto. La retirada colonial de los años 50 dejó un vacío político y administrativo en los países que se hicieron libres que ocupó el Islam desde las mezquitas como fuerza de cohesión. Los europeos se replegaron y renunciaron a su influencia cultural e ideológica en esos países y además la religión cristiana, eje de las políticas europeas, dio paso a movimientos laicos y nos quedamos sin retaguardia moral en la que refugiarnos. Las convicciones religiosas siempre dan seguridad y cohesión a los grupos humanos. A todo esto hay que unir la eclosión demográfica de los países musulmanes que ha sido importada como mano de obra por muchos países de Europa. Tras la guerra del Yom Kippur del 73, muchos países se encontraron con un dinero del petróleo con el que jamás habían soñado, luego pasaron a los flujos financieros y de inversión con Suiza, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos y ahora dan la calderilla que les sobra a los radicales. Para un ejército de desarrapados, el dinero que recibe de Arabia Saudí es agua de mayo.
¿De dónde viene esa atrocidad de degollar a las víctimas sin el más mínimo escrúpulo?
De la bestialidad del ser humano. Si no se les diera tanto pábulo en los medios de comunicación, otro gallo cantaría.
Y ahora está internet.
Es cierto. Lo hacen para aterrorizar y someter a la población árabe musulmana que tienen subyugada.
Dicen los expertos que nuestro temor es exagerado, que el odio a muerte es dentro del propio Islam, entre chiitas y suníes…
Será exagerado en Monforte de Lemos donde apenas hay musulmanes, pero no lo es en Granada donde ya hay más de 20.000, o en el Raval de Barcelona donde quieren imponer sus normas. Lo que tenemos que hacer en España es tener cuidado y dejar claro a los musulmanes que tienen que acatar nuestras leyes y nuestra Constitución. Eso es lo que no se hace.
¿Se puede hacer peor de lo que hicieron Bush, Blair y Aznar al liquidar a Sadam Hussein y abrir la caja de Pandora que tantas desgracias nos ha acarreado?
Con la distancia que da el tiempo se pueden hacer todo tipo de juicios. Creo que en esa actuación hubo errores de cálculo y errores de información. Aznar fue víctima de esos errores y los tres actuaron engañados por la CIA. Lo que sí está claro es que Irak empleó armas de destrucción masiva en algún momento, luego accedió al desmontaje de esas armas y no le creyeron. Al trío le metieron un gol, como se lo metieron a Bush el 11-S. Es cierto que Sadam Hussein era una bestia, pero era nuestra bestia, como se soporta al rey de Marruecos porque la alternativa es cruda y es el islamismo radical. En Libia pasó lo mismo porque Gadafi era otra bestia, pero también una pieza clave para la estabilidad en el Mediterráneo. En Egipto, centro del mundo árabe, estaba otro tirano, Mubarak, un ladrón y un abusón, pero que daba cierto equilibrio con Israel y Estados Unidos. En Siria ya vemos lo que está pasando. Bachar al-Asad es otro tirano, musulmán alauí, que se puede llevar bien con los chiíes de Irán antes que con los suníes. Todo ese descontrol ha sido aprovechado por los radicales que dicen: somos musulmanes y vamos a poner el Reino de Alá sobre la Tierra.
Poca solución se ve a semejante lío, ¿verdad?
Tendrá que ser Arabia la que acabe con el califato de EI que tan bien suena en los oídos de un musulmán. Supongo que en esa confrontación será el EI el que salga exterminado.
¿Cómo se puede integrar a los islamistas en nuestro suelo occidental para que acepten las normas de convivencia de los países de acogida?
Obligándoles a cumplir las leyes como las tenemos que cumplir el resto de mortales. No hay fórmulas mágicas.
Pero es que los terroristas surgen de nuestras escuelas y universidades. ¿Por qué no se integran con nosotros?
Porque no les da la gana y porque, insisto, no se les obliga a acatar las leyes. Yo tengo que cumplir las reglas de tráfico y no me siento por ello nada oprimido.
¿Cómo hay que tomarse la amenaza del islamismo radical desde aquí, desde Al-Andalus?
Depende de nosotros y de las ganas que tengamos de garantizar la apertura y la tolerancia de nuestra sociedad que da cabida a todas las religiones. Lo que no tiene que haber cabida es a la intolerancia.
¿Cómo debe comportarse España con nuestro vecino Marruecos para evitar los problemas de la inmigración ilegal, el tráfico de drogas y la reclamación de Ceuta y Melilla que amenazan nuestras relaciones con el mundo musulmán?
El problema de la inmigración pasa por defender seriamente nuestras fronteras. Yo no puedo entrar en Nigeria por donde quiera y sin documentación. Hay que presionar a Marruecos desde la diplomacia porque cuando ayuda en este problema se ven pronto los resultados. Lo que está claro es que en España se trata bien a los inmigrantes. Otra cosa es lo que sucede en Ceuta y Melilla. Hay que hacer ver a Marruecos mediante hechos que son territorios nuestros y eso se hace con más inversión en esas ciudades e impidiendo que la proporción de musulmanes crezca como está creciendo. Los gobiernos españoles han demostrado una gran inopia con este tema. Si no se actúa, la balanza en pocos años puede estar a favor de Marruecos. Donde sí funcionan las relaciones entre España y Rabat es en el tema de la seguridad para frenar el islamismo radical.
Usted afirma que España vive un momento histórico grave porque se están fomentando de forma irresponsable los localismos basados en inventos pseudohistóricos.
Y así es y ¡menos mal que en Andalucía no cuaja de forma seria! Pero ya hemos visto a los catalanes, a los vascos y a los gallegos. En Andalucía es ahora el PSOE el que enarbola la bandera de un nacionalismo artificioso y están como locos buscando hechos diferenciales e incluso los hay independentistas. Hay filólogos que hasta quieren inventar una lengua andaluza. Blas Infante encontraba el hecho diferencial andaluz en que en esa tierra estuvieron los musulmanes.
Juan Goytisolo, flamante premio Cervantes, acaba de escribir que usted ha cambiado de bando y que en las últimas décadas ha puesto su talento al servicio de desmontar el mito de Al-Andalus y de la España de las Tres Culturas.
Esa es la respuesta que ha dado a un artículo que escribí hace unos meses. No me parece que Goytisolo se merezca el Cervantes. Eso es más bien una majadería del secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, un pepero que quiere hacerse el progre por lo que pueda pasar en el futuro.
¿Va por usted eso de que quien abandona una fe tiende con frecuencia a refugiarse en otra y vengarse de su pasado?
Goytisolo nunca ha sido de izquierdas y ha jugado siempre a la ambigüedad. Es un personaje que se aprovecha de España para lo que le conviene y cuando no le conviene la desprecia y dice que le da asco. Siempre ha sido un señorito que ha vivido de hacerse la víctima y de creerse un escritor maldito. ¡No puede darme lecciones de antifranquismo alguien que se ha pasado la vida viviendo en París y Marrackech!
Lo que viene a decir es que usted antes atacaba desde la izquierda y ahora lo hace desde la derecha, ¿no?
Si ser de izquierdas es ponerse tras una pancarta con UGT, CCOO y Podemos, yo no soy de izquierdas. Fui militante del Partido Comunista y no me arrepiento, ni me jacto, ni me avergüenzo. ¡Eso sí! Nunca fui progre ni me sumé al PSOE para buscar una poltrona. No estoy afiliado a ningún partido y resulta que ahora Goytisolo dice que soy facha porque no me trago su bola árabe y su retórica majadera de Américo Castro. Goytisolo, que no lee nada, se ha quedado con Américo Castro y no se entera de nada.
¿Cómo hay que interpretar hoy la afirmación de Américo Castro de que lo español se formó en el crisol de la proximidad-rechazo de las tres castas: cristianos judíos y musulmanes?
Le recomendaría a Goytisolo que leyese a Sánchez-Albornoz. Hoy en día, nadie, ni los historiadores arabistas se creen eso de que Al-Andalus fue un crisol.
¿No era una especie de paraíso?
Fue una época terrorífica y las pervivencias que quedan de ella en España son escasísimas. Como digo esto, Goytisolo siente que le rompo el juguete. También soy crítico con Sánchez-Albornoz porque no creo que lo que somos hoy sea continuidad de la Cueva de Altamira.
¿No venció don Pelayo a los moros en Covadonga?
No sé si se produjo la batalla de Covadonga, lo que sí sé es que en el siglo VIII entraron unos 100.000 árabes en la Península y entre los años 730 y 740 se dieron unas hambrunas tremendas en las zonas de Asturias y Galicia que obligaron a los musulmanes que se habían asentado en el Norte a regresar a su tierra bereber. Fue un éxodo obligado por el hambre más que una heroica batalla de don Pelayo, que desde luego aprovechó esa huida para impulsar la monarquía astur-leonesa.
¿Qué opina entonces de la corriente de intelectuales que idealizan la etapa de Al-Andalus?
Que no saben de lo que hablan.
Son los que ponen a Maimónides como ejemplo de convivencia de las Tres Culturas.
A Maimónides y a Averroes y resulta que los dos fueron personajes perseguidos por los musulmanes. Los que dicen eso no tienen ni idea, son políticos y escritores aficionados como Goytisolo. Maimónides era judío y cuando la ocupación almohade se tuvo que islamizar a la fuerza. Se fue a Marruecos y luego a El Cairo donde vivía como criptojudío hasta que fue procesado por apóstata. Tuvo la suerte de que un amigo suyo le ayudase durante el proceso y le absolviesen. Maimónides maldice en su epístola a los judíos de Yemen al islam y a los cristianos.
¿Hubo armonía o no entre las Tres Culturas?
Nunca hubo armonía, eran tres comunidades yuxtapuestas con intercambios comerciales, económicos y administrativos. Lo que había eran dos culturas y tres religiones porque los judíos tendieron a adoptar la cultura romance o la árabe. Era lo más parecido al Apartheid de Sudáfrica.
Profesor, ¿no se ha pasado usted al decir que si la ablación, una práctica ancestral del Valle del Nilo de la época de los faraones, fuera defendida por todos los árabes las feministas multiculturalistas se apresurarían a calificarla de excelente?
No digo exactamente eso. Lo que creo es que las feministas occidentales tienden a ser grandes defensoras de otras culturas y por razones políticas toman o no partido por una cosa u otra. No les veo alzar mucho la voz por las mujeres cristianas que están matando en Nigeria, pero pronto enarbolan la bandera de la libertad religiosa si a una musulmana no la dejan entrar en un espacio público con el pañuelo puesto por razones de seguridad. Son feministas y progres que tienen una doble vara de medir. ¿Por qué se hace la vista gorda con las niñas españolas que se llevan a Senegal para mutilarlas? Eso hay que perseguirlo penalmente. Las feministas son sumamente laxas para unas cosas y tremendamente intransigentes para otras. En España hace falta un poco más de objetividad.
Señor Fanjul, ¿qué tiene que ver el Estado Islámico (EI) con Al Qaeda y con el asesinato de Bin Laden?
El Estado Islámico y Al Qaeda son rivales aunque ambos sean suníes y son, sobre todo, antioccidentales. Sin embargo, poca gente presta atención al movimiento de rechazo a Occidente más peligroso, que es Arabia Saudí. Es de ahí de donde sale Al Qaeda, Bin Laden y el propio EI que bebe de su ideología y vive de su financiación. Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Kuwait sustentan a estos radicales aunque vendan que los persiguen, eso sí, siempre que actúen en sus territorios.
¿Por qué se produce ahora una escalada de ataques contra Occidente?
Porque no hay interés en acabar con esos radicalismos con contundencia. Lo que importa ya no es el petróleo, sino los flujos de capitales que hay entre Arabia Saudí y Estados Unidos. Hay demasiados intereses financieros manejados por grandes inversores americanos.
Así que Occidente se queda de brazos cruzados ante esta barbarie, ¿no?
Los radicales islámicos han visto la debilidad de Occidente y ven, sobre todo, a Europa acobardada. Yo creo que se equivocan porque Europa sigue siendo una gran potencia económica y cultural y Estados Unidos una gran potencia militar y económica.
Yihad significa combate por la fe. ¿Qué tiene que ver esa guerra santa con el Corán?
En el Corán se exhorta a hacer la guerra por Dios para difundir la fe musulmana. Yihad significa dos tipos de esfuerzo: uno es el interior y el otro el del combate físico contra los enemigos del Islam. Para el 90% de los musulmanes, la yihad tiene que ver con ese combate. Es una obligación de todo musulmán luchar contra los enemigos del Islam.
¿Qué tenemos que temer entonces los occidentales?
Los occidentales tenemos que temernos a nosotros mismos, a la debilidad que tenemos y que mostramos. Nuestra sociedad, sobre todo la española, se ha vuelto muy blandita porque se ha acostumbrado a vivir demasiado bien y no nos percatamos de que hay otras sociedades que viven mal y que no tienen el concepto del valor de la vida que tenemos nosotros. Cuando se vive en situaciones precarias se relativiza mucho lo que se hace, aunque la mayor parte de los terroristas tan solo cumplen órdenes de dirigentes.
¿Qué tipo de dirigentes?
Personas que no son pobres como ellos, gente acomodada que actúa por venganza, rencor, revancha y resentimiento personal. Son personas que viven entre nosotros resentidas con la sociedad y que atisban si no hacen algo un futuro frustrado y un presente muy feo.
Pero no todos los resentidos se hacen terroristas.
No, pero sí que vemos que se unen a partidos como Podemos que critican al sistema, algo que por cierto, ya hacían los neonazis.
¡Oiga, no me compare a los terroristas islámicos con Podemos!
No. Podemos es una cosa muy poco seria en origen que puede darnos muchos disgustos en el futuro. ¿Qué se puede esperar de un partido liderado por unos profesores universitarios de tercer nivel que en vez de estudiar se fueron a Venezuela?
Algo habrá hecho mal Occidente para que se dé ese peligroso caldo de cultivo entre los resentidos musulmanes, ¿no cree?
Por supuesto. La retirada colonial de los años 50 dejó un vacío político y administrativo en los países que se hicieron libres que ocupó el Islam desde las mezquitas como fuerza de cohesión. Los europeos se replegaron y renunciaron a su influencia cultural e ideológica en esos países y además la religión cristiana, eje de las políticas europeas, dio paso a movimientos laicos y nos quedamos sin retaguardia moral en la que refugiarnos. Las convicciones religiosas siempre dan seguridad y cohesión a los grupos humanos. A todo esto hay que unir la eclosión demográfica de los países musulmanes que ha sido importada como mano de obra por muchos países de Europa. Tras la guerra del Yom Kippur del 73, muchos países se encontraron con un dinero del petróleo con el que jamás habían soñado, luego pasaron a los flujos financieros y de inversión con Suiza, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos y ahora dan la calderilla que les sobra a los radicales. Para un ejército de desarrapados, el dinero que recibe de Arabia Saudí es agua de mayo.
¿De dónde viene esa atrocidad de degollar a las víctimas sin el más mínimo escrúpulo?
De la bestialidad del ser humano. Si no se les diera tanto pábulo en los medios de comunicación, otro gallo cantaría.
Y ahora está internet.
Es cierto. Lo hacen para aterrorizar y someter a la población árabe musulmana que tienen subyugada.
Dicen los expertos que nuestro temor es exagerado, que el odio a muerte es dentro del propio Islam, entre chiitas y suníes…
Será exagerado en Monforte de Lemos donde apenas hay musulmanes, pero no lo es en Granada donde ya hay más de 20.000, o en el Raval de Barcelona donde quieren imponer sus normas. Lo que tenemos que hacer en España es tener cuidado y dejar claro a los musulmanes que tienen que acatar nuestras leyes y nuestra Constitución. Eso es lo que no se hace.
¿Se puede hacer peor de lo que hicieron Bush, Blair y Aznar al liquidar a Sadam Hussein y abrir la caja de Pandora que tantas desgracias nos ha acarreado?
Con la distancia que da el tiempo se pueden hacer todo tipo de juicios. Creo que en esa actuación hubo errores de cálculo y errores de información. Aznar fue víctima de esos errores y los tres actuaron engañados por la CIA. Lo que sí está claro es que Irak empleó armas de destrucción masiva en algún momento, luego accedió al desmontaje de esas armas y no le creyeron. Al trío le metieron un gol, como se lo metieron a Bush el 11-S. Es cierto que Sadam Hussein era una bestia, pero era nuestra bestia, como se soporta al rey de Marruecos porque la alternativa es cruda y es el islamismo radical. En Libia pasó lo mismo porque Gadafi era otra bestia, pero también una pieza clave para la estabilidad en el Mediterráneo. En Egipto, centro del mundo árabe, estaba otro tirano, Mubarak, un ladrón y un abusón, pero que daba cierto equilibrio con Israel y Estados Unidos. En Siria ya vemos lo que está pasando. Bachar al-Asad es otro tirano, musulmán alauí, que se puede llevar bien con los chiíes de Irán antes que con los suníes. Todo ese descontrol ha sido aprovechado por los radicales que dicen: somos musulmanes y vamos a poner el Reino de Alá sobre la Tierra.
Poca solución se ve a semejante lío, ¿verdad?
Tendrá que ser Arabia la que acabe con el califato de EI que tan bien suena en los oídos de un musulmán. Supongo que en esa confrontación será el EI el que salga exterminado.
¿Cómo se puede integrar a los islamistas en nuestro suelo occidental para que acepten las normas de convivencia de los países de acogida?
Obligándoles a cumplir las leyes como las tenemos que cumplir el resto de mortales. No hay fórmulas mágicas.
Pero es que los terroristas surgen de nuestras escuelas y universidades. ¿Por qué no se integran con nosotros?
Porque no les da la gana y porque, insisto, no se les obliga a acatar las leyes. Yo tengo que cumplir las reglas de tráfico y no me siento por ello nada oprimido.
¿Cómo hay que tomarse la amenaza del islamismo radical desde aquí, desde Al-Andalus?
Depende de nosotros y de las ganas que tengamos de garantizar la apertura y la tolerancia de nuestra sociedad que da cabida a todas las religiones. Lo que no tiene que haber cabida es a la intolerancia.
¿Cómo debe comportarse España con nuestro vecino Marruecos para evitar los problemas de la inmigración ilegal, el tráfico de drogas y la reclamación de Ceuta y Melilla que amenazan nuestras relaciones con el mundo musulmán?
El problema de la inmigración pasa por defender seriamente nuestras fronteras. Yo no puedo entrar en Nigeria por donde quiera y sin documentación. Hay que presionar a Marruecos desde la diplomacia porque cuando ayuda en este problema se ven pronto los resultados. Lo que está claro es que en España se trata bien a los inmigrantes. Otra cosa es lo que sucede en Ceuta y Melilla. Hay que hacer ver a Marruecos mediante hechos que son territorios nuestros y eso se hace con más inversión en esas ciudades e impidiendo que la proporción de musulmanes crezca como está creciendo. Los gobiernos españoles han demostrado una gran inopia con este tema. Si no se actúa, la balanza en pocos años puede estar a favor de Marruecos. Donde sí funcionan las relaciones entre España y Rabat es en el tema de la seguridad para frenar el islamismo radical.
Usted afirma que España vive un momento histórico grave porque se están fomentando de forma irresponsable los localismos basados en inventos pseudohistóricos.
Y así es y ¡menos mal que en Andalucía no cuaja de forma seria! Pero ya hemos visto a los catalanes, a los vascos y a los gallegos. En Andalucía es ahora el PSOE el que enarbola la bandera de un nacionalismo artificioso y están como locos buscando hechos diferenciales e incluso los hay independentistas. Hay filólogos que hasta quieren inventar una lengua andaluza. Blas Infante encontraba el hecho diferencial andaluz en que en esa tierra estuvieron los musulmanes.
Juan Goytisolo, flamante premio Cervantes, acaba de escribir que usted ha cambiado de bando y que en las últimas décadas ha puesto su talento al servicio de desmontar el mito de Al-Andalus y de la España de las Tres Culturas.
Esa es la respuesta que ha dado a un artículo que escribí hace unos meses. No me parece que Goytisolo se merezca el Cervantes. Eso es más bien una majadería del secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, un pepero que quiere hacerse el progre por lo que pueda pasar en el futuro.
¿Va por usted eso de que quien abandona una fe tiende con frecuencia a refugiarse en otra y vengarse de su pasado?
Goytisolo nunca ha sido de izquierdas y ha jugado siempre a la ambigüedad. Es un personaje que se aprovecha de España para lo que le conviene y cuando no le conviene la desprecia y dice que le da asco. Siempre ha sido un señorito que ha vivido de hacerse la víctima y de creerse un escritor maldito. ¡No puede darme lecciones de antifranquismo alguien que se ha pasado la vida viviendo en París y Marrackech!
Lo que viene a decir es que usted antes atacaba desde la izquierda y ahora lo hace desde la derecha, ¿no?
Si ser de izquierdas es ponerse tras una pancarta con UGT, CCOO y Podemos, yo no soy de izquierdas. Fui militante del Partido Comunista y no me arrepiento, ni me jacto, ni me avergüenzo. ¡Eso sí! Nunca fui progre ni me sumé al PSOE para buscar una poltrona. No estoy afiliado a ningún partido y resulta que ahora Goytisolo dice que soy facha porque no me trago su bola árabe y su retórica majadera de Américo Castro. Goytisolo, que no lee nada, se ha quedado con Américo Castro y no se entera de nada.
¿Cómo hay que interpretar hoy la afirmación de Américo Castro de que lo español se formó en el crisol de la proximidad-rechazo de las tres castas: cristianos judíos y musulmanes?
Le recomendaría a Goytisolo que leyese a Sánchez-Albornoz. Hoy en día, nadie, ni los historiadores arabistas se creen eso de que Al-Andalus fue un crisol.
¿No era una especie de paraíso?
Fue una época terrorífica y las pervivencias que quedan de ella en España son escasísimas. Como digo esto, Goytisolo siente que le rompo el juguete. También soy crítico con Sánchez-Albornoz porque no creo que lo que somos hoy sea continuidad de la Cueva de Altamira.
¿No venció don Pelayo a los moros en Covadonga?
No sé si se produjo la batalla de Covadonga, lo que sí sé es que en el siglo VIII entraron unos 100.000 árabes en la Península y entre los años 730 y 740 se dieron unas hambrunas tremendas en las zonas de Asturias y Galicia que obligaron a los musulmanes que se habían asentado en el Norte a regresar a su tierra bereber. Fue un éxodo obligado por el hambre más que una heroica batalla de don Pelayo, que desde luego aprovechó esa huida para impulsar la monarquía astur-leonesa.
¿Qué opina entonces de la corriente de intelectuales que idealizan la etapa de Al-Andalus?
Que no saben de lo que hablan.
Son los que ponen a Maimónides como ejemplo de convivencia de las Tres Culturas.
A Maimónides y a Averroes y resulta que los dos fueron personajes perseguidos por los musulmanes. Los que dicen eso no tienen ni idea, son políticos y escritores aficionados como Goytisolo. Maimónides era judío y cuando la ocupación almohade se tuvo que islamizar a la fuerza. Se fue a Marruecos y luego a El Cairo donde vivía como criptojudío hasta que fue procesado por apóstata. Tuvo la suerte de que un amigo suyo le ayudase durante el proceso y le absolviesen. Maimónides maldice en su epístola a los judíos de Yemen al islam y a los cristianos.
¿Hubo armonía o no entre las Tres Culturas?
Nunca hubo armonía, eran tres comunidades yuxtapuestas con intercambios comerciales, económicos y administrativos. Lo que había eran dos culturas y tres religiones porque los judíos tendieron a adoptar la cultura romance o la árabe. Era lo más parecido al Apartheid de Sudáfrica.
Profesor, ¿no se ha pasado usted al decir que si la ablación, una práctica ancestral del Valle del Nilo de la época de los faraones, fuera defendida por todos los árabes las feministas multiculturalistas se apresurarían a calificarla de excelente?
No digo exactamente eso. Lo que creo es que las feministas occidentales tienden a ser grandes defensoras de otras culturas y por razones políticas toman o no partido por una cosa u otra. No les veo alzar mucho la voz por las mujeres cristianas que están matando en Nigeria, pero pronto enarbolan la bandera de la libertad religiosa si a una musulmana no la dejan entrar en un espacio público con el pañuelo puesto por razones de seguridad. Son feministas y progres que tienen una doble vara de medir. ¿Por qué se hace la vista gorda con las niñas españolas que se llevan a Senegal para mutilarlas? Eso hay que perseguirlo penalmente. Las feministas son sumamente laxas para unas cosas y tremendamente intransigentes para otras. En España hace falta un poco más de objetividad.