La decimilla: El deshonor

Buenos días, Palmaris ofendidos, ultrajados e incluso escarnecidos.
 
Se consumó el deshonor,
tal como estaba anunciado,
sin que nadie del estado
detuviese a un malhechor.
Y el rey se tragó el horror
de su patria mancillada,
por una ruín manada
de borregos abducidos,
tontarras y envilecidos
con una mierda estrellada.
 
Salud para la niña de Lewis Carroll, para la hija de Ines y pronta recuperación de Miguel Bosch y del gran Gandalf del Rif.
Muchas felicidades para Sole Maestro del Valle.
Nada de clima en Valencia.
Sit tibi dies levis.

Salir de la versión móvil