La actividad de la Junta de La Habana nunca ha cesado; pero en estos momentos de desespero se ha recrudecido y ya se han quitado los guantes para trabajar abiertamente en la comunidad. Los que nos oponemos a ello no pasamos de lamentarnos y esperar que las autoridades tomen cartas en el asunto. Les tengo noticias: si seguimos sentados en el lazy boy en poco tiempo tendremos un CDR en Brickell; es una vergüenza que no se desate una efectiva campaña contra ellos y emplazo públicamente a todos los que se consideran luchadores por la libertad de Cuba u opositores que formen parte activa en la denuncia de tales atrocidades y dejen la tibieza y la crítica al exilio.
Aquí hay que definirse.
¡¡¡YA ESTUVO!!!