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José María Aznar, el deseado

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Algunos españoles y de otras banderías se creen que Aznar, el simpático, alegre y jovial Jose Mª Aznar, vista larga para detectar armas que hacen buba, de destrucción masiva de logros sociales alcanzados, se ha puesto los patines y ha patinado con respecto a su vuelta, aunque nunca se ha ido, de vivir de la política y jugando en el campo, sin estar nunca en el banquillo.
Y también es probable que algunos pueden llegar a pensar que España es un país moderno, avanzado, con ideas liberales y democráticas; y no quieren entrar en la cruda realidad de que en este país, para empezar, el tejido obrero (como le gusta denominar a unos inexistentes sindicatos, monarquías sin corona, pero verdaderas familias sindicadas) sigue prefiriendo el señorito y el amo, por aquella otra fría indicación del director o el dueño de un negocio.
Y que en España, a viva voz, resulta ya hasta cansino escuchar aquello de que para que robe otro, que roben los míos. Y en verdad desconozco, los que así observo que vocean y pregonan su afiliación política, cómo puede ocupar “uno de los suyos” un puesto administrativo de responsabilidad más allá de ser presidente de la escalera de un inmueble ante semejante y brutal incultura social y de grupo.
Jose Mª Aznar saber perfectamente que su vuelta la están deseando día y noche, tajo por tajo, no la gente rica, que a los ricos les ha ido y les va muy bien con Marianico Pasos Largos, sino muchos; una inmensa mayoría de españoles que les gusta la guerra, que les gusta que los machaquen en sus derechos, y eso, que es una garantía ya lograda con el citado Mariano, con Aznar podemos, además, tener plena garantía de una destrucción masiva de lo español a cambio de una atlanticidad, donde Mariano no gusta porque es bizquejo, aunque sea  muy alemán hasta en los andares.
Mariano Pasos Largos aunque sea gallego con muchos familiares emigrantes, no todos con fortuna, en territorio americano, ha preferido entregar España al imperio alemán, porque se llenó de vanidad propia cuando los alemanes le dijeron que caminaba meramente con la marcialidad del “paso de la oca”, en la seguridad que lleva la germanía: toda la tierra y la gente es mía, metida en sus genes de galillo para abajo.
Aznar, por el contrario, como cuenta con mucha gracias los chistes, tienen un simpático ademán tejano, y muchos amigos quicos en Usa, donde le dejen poner los pies calzados sobre la mesa del tresillo, y que pronuncie el inglés como le salga de las pelotas, puede, perfecta y rápidamente a llevarnos como le gusta ir al pueblo español: de la ramalera de un dictador, según se vocea por la calle de continuo en añoranza a un franquismo.
Franquismo que los que lo añoran, si lo conocieron, es porque estuvieron en el lado de la culata de la armas y no pisando y tragando miseria y santas arbitrariedades. Y los que no lo conocieron, es simplemente como consecuencia de la clara incultura de un país, que cuando dice que lee mucho, está haciendo referencia a la etiqueta de la botella de lejía que lee cada día cuando está sentado en el retrete.
Aznar, esencia seria de una España que no ríe nada más que en la intimidad, que con la frialdad de un fabricante de hielo, a lo más que puede llegar en el campo de la calidez a echar una sonrisa que mete miedo, paradójicamente es la gran esperanza del mundo obrero español, del mundo funcionarial español, que echan de menos en Marianico Pasos Largos que, hasta ahora, hasta este minuto, no nos ha llevado a una guerra de destrucción física masiva en gran altura; aunque todo está por ver y le queda, gracias a la llamada izquierda española, todos los años de mando y recorte que le de la gana.
Todo, absolutamente todo, lo de la vuelta del jovial Jose Mª Aznar a la primera línea de prensa atlantizada con reminiscencia de españolidad colonial, también puede ser un ardid de una derechona española que como sabe que por activa y por pasiva en España, en lo que se refiere a contiendas electorales, todo ha caído en un puro y largo aburrimiento porque nunca tanto liberal barrio con tanto cariño y buena copla para la casa de la derechona más antisocial que jamás haya existido, pueden estar aburridos entre ellos, y hayan llegado a un acuerdo que en vista que la llamada izquierda española no cierra la navaja y se la mete en el bolsillo porque entienden que su puesto está sirviendo en la casa de la llamada derecha-centro española, vean venir desde lejos a esos mamones egoístas, y entiendan que con dos partidos, o con un partido y dos clanes, la citada izquierda se tenga que conformar con lo que tiene que es mucho para lo que realmente expresa una y otra vez en las urnas y en la calle, a grito pelado, la masa laboral española.
Creo, sinceramente, que España, esta España popular, se merece un gobierno donde don Jose Mª Azanar puede hacer más por toda esa gente que lo aclama, desde pensionistas a trabajadores contratados por minutos. Y cuando la atlanticidad diga botella medio vacía, que llegue don Jose Mª y asegure con su visión política de primera división destructiva, que no, que la botella, lo que falta, lo pones España, un país de países, donde la gilipollez más grande puede ser escribir que tiene un voto cautivo, cuando en la más pura realidad es un país que a sus gentes les gusta que los roben y que el señorito, aunque sea por Reyes Magos, les diga que la cosa está jodida, pero que los va a dejar que vayan al futbol y les va a dar pintura para que pinten la santísima cofradía.
Salud y Felicidad. Juan Eladio Palmis.

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