José de Espronceda: La vuelta del cruzado

LA VUELTA DEL CRUZADO

El que ansioso de alta gloria,
joven dejó sus hogares, 
y lanzándose a los mares, 
voló a buscar la victoria, 
vencedor del turco fiero, vuelve, 
valiente cruzado, 
del sol el rostro tostado 
y en sangre tinto su acero. 

Allí, su lanza en la lid 
dio a su renombre esplendor,
le cantó el trovador 
como a intrépido adalid. 

Ora vuelve, en su semblante 
con cicatrices de heridas 
en honra y pro recibidas 
de la que adora constante. 

Tal vez al verle a su reja 
le desconozca la hermosa 
que sensible y cuidadosa 
oyó otro tiempo su queja. 

Mas si no vuelve de Oriente, 
cual antes, joven hermoso, 
vuelve intrépido y brioso 
y ornada en lauros la frente. 

Y las lunas abatidas 
de los árabes altivos, 
cien caballos, cien cautivos, 
cien cimitarras vencidas, 
el soldado de Sión 
rendirá ante su hermosura
y con humilde ternura 
su constante corazón. 

Y si amorosa un momento 
tendrá completa ventura 
su más alto pensamiento, 
y tendrá por muy dichosa 
de su destino la estrella 
si le devuelve su bella
siempre tierna y cariñosa. 

Que por la cruz y en su honor 
ha alcanzado la victoria, 
y su nombre y su memoria
realzó en la lid su valor, 
y buscando dónde ir 
a hacer su nombre famoso,
vuelve a sus pies venturoso 
sus laureles a rendir.

-José de Espronceda

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