En las Islas Canarias existe una gran conciencia sobre su aporte y ligazón para con nuestra América, al igual que suele ocurrir con las regiones del Cantábrico. Sin embargo, en Castilla, Andalucía o Valencia parece que ese sentir ha decaído.
Con todo, en Estados Unidos se acuerdan de sus raíces canarias, especialmente en determinados rincones del Bayou de Luisiana, donde está la sangre y la cultura de los colonos que llegaron en los tiempos de Carlos III, contribuyendo tanto a la permanencia de lo hispano como a la construcción del nuevo país. Y así, se entiende y extiende lo que defiende nuestro redactor Antonio Moreno, esto es, Canarias como puente continuo y natural entre lo ibérico y lo criollo.
Pasen y vean:
*Recuérdese: