Ingratitud

«Llevo muchos años guardando estas informaciones que ahora publicaré porque estoy cansada de la ingratitud de tanta gente en relación a mi».
Por: Zoé Valdés
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Al pan pan y al vino vino. Llevo muchos años guardando estas informaciones que ahora publicaré porque estoy cansada de la ingratitud de tanta gente en relación a mi. No sólo con todo lo que las apoyé a ella y a su madre, Rosa María Payá no me mencionó en Diarrea de Cuba en su momento, cuando le preguntaron quién la había recibido en París, y cómo (fui yo en mi casa, donde se quedaron ambas, y las gestiones las hice yo), y ahora tampoco lo hace en una entrevista concedida a Luis Leonel León para Martí Noticias. Bien, aquí quedará claro todo.

A pesar de mi enfermedad (como se puede leer), hice, reitero, infinitas gestiones a pedido de Carlos Payá Sardiñas para que recibieran a Ofelia Acevedo, viuda de Oswaldo Payá, en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia (Quai de Orsay), y así sucedió. Aporto mis emails como prueba.
En la reciente entrevista con Luis Leonel León para Martí Noticias, Rosa María Payá, al publicitar el libro de su padre editado y vendido por Hypermedia (que tiene un Grant), menciona que se hicieron gestiones con Planeta. No sólo con Planeta, además con La Esfera de los Libros. Esas gestiones las hice yo, menda.
Si algo me provoca un asco recurrente y profundo es la ingratitud. Y estas dos señoras son dos ingratas de mucho cuidado. Y Rosa María Payá, compitiendo con el régimen castrista, cuyo plan es borrarme, supera las expectativas.

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