Los moros llaman «rumíes» (romanos) a los españoles. No es una cuestión de pasado; sabemos que el pasado no vuelve. Sin embargo, los propios moros nos están haciendo ver que esto no es una cuestión de aferrarse al pasado (ya sabemos que el Imperio Romano dejó de existir), sino de mantener esencia, y con base en esa esencia, construir. O reconstruir, mejor dicho. Porque construidos estábamos y tanto nos destruyeron como nos autodestruimos.

Sin embargo, acá estamos los hispanos a los que no han podido engañar con 200 años de mentiras. Desde España a Hispanoamérica, por encima de fronteras más o menos artificiales, hemos de trabajar conjuntamente, con un mensaje y una estrategia acorde a la época que nos ha tocado vivir. Sí, una época dura, ¿pero es que acaso ha habido épocas blandas?

La hispanidad es un hecho cultural, una koiné, más allá de las erudiciones. Por eso tenemos que aprovechar esa realidad para ir desde abajo a arriba. Por eso tenemos que trabajar en la elaboración de propuestas jurídicas, políticas y económicas; esto es, ser una alternativa y una afirmación dentro de esta globalización que nos ha tocado.

Hemos de ser los hispanistas del siglo XXI en movimiento.

¡Vamos!

Deja un comentario