-Vídeo:
Pululan por las redes sociales debates capciosos en torno al hispanismo contra el europeísmo y viceversa: Es decir, si uno se define como hispanista, sería algo así como antieuropeo, y si uno se define europeísta, sería antihispanista. ¿Pero realmente existe esta dicotomía? ¿No estamos muchas veces ante ciertas “filias” y “fobias” que más se parecen a hinchadas futboleras?
Primero, nos tendremos que plantear de qué Europa estamos hablando. Porque, ¿por qué pensamos automáticamente en Francia o Alemania cuando hablábamos de Europa y no de Albania o Bulgaria? ¿Qué o quién determina qué es Europa? ¿Seguimos con ideas ilustradas del siglo XVIII o racistoides de los siglos XIX y XX?
En segundo lugar, también nos debemos plantear qué es el hispanismo más allá de la mera erudición histórica, cuáles son las posibilidades, cómo sería un proyecto político, jurídico y económico, etc. Como decía el filósofo Gustavo Bueno (por cierto, gran hispanista y contestatario del europeísmo de Ortega y Gasset): “Señores, hay que definirse”.
En el pensamiento ruso ha calado mucho la idea de “Eurasia” más allá de las diversas corrientes ideológicas. España, por su situación geostratégica y su providencia histórica, ¿no podría ser Euramérica?
¿Por qué establecer una contrariedad ante lo que no es sino un cúmulo de potencialidades y posibilidades, máxime cuando la irrelevancia del presente nos está dictando un cambio de rumbo?
¿Por qué reducir nuestra geopolítica a supuestos de un Haushofer que ni nos va ni nos viene?
Y así: ¿No están muchos españoles demasiado ensoberbecidos en un europeísmo ochentero que, con los años, no ha demostrado ser ninguna panacea? ¿Realmente España y los españoles son tan distintos de Hispanoamérica y los hispanoamericanos?
Son muchos interrogantes los que surgen y los debates de las redes sociales merecen atención.
¡Pasen y vean!
¡Pasen y vean!
*Sobre Emilio Acosta Ramos y Venezuela Provincial:
https://www.facebook.com/Venezuelaprovincial