Hijos del sol

HIJOS DEL SOL

Sangre de iberos y celtas,
los romanos ordenaron,
enseñorearon los godos,
y los moros pelearon.

Llegó la hora. Llegó el día.
La Providencia abre su generosa
mano. Corazones jubilosos
se extienden, buscando la sombra,

como hijos del sol,
que camino del mar,
unen los continentes,
en su inmensidad.

El sol de la Piel de Toro,
atraviesa el Atlántico.
Del Caribe a los Andes,
y hacia el norte enigmático.

Un sol de soles une y funde
la tierra en sí reconocida,
gracias a la aventura de Portugal,
y gracias a la aventura de Castilla.

Y el sol no se puso en
nuestros dominios, y todos
fuimos hijos del sol, cuyos
rayos fuertes y luminosos

inundaron la tierra con
nuestro bagaje de cultura
y espíritu, siendo leones
hispánicos cuya altura

voló al alimón de los cóndores,
ensanchándose, rehaciéndose,
respirando… Pero también, y
por desgracia, durmiéndose.

Pero ya es la hora,
no de volver al pasado,
sino de despertar. Despertemos,
que el sol siempre nos ha hablado.

Despertemos. Rujamos. Seamos.
Existamos. ¡Hijos del sol!
La tierra nos aguarda y merece,
en el cielo tenemos a Dios.

Antonio Moreno Ruiz

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