Hijo de Fidel Castro reconoce la corrupción en las altas esferas del Estado cubano

«Hay personas que quieren hacer muchas cosas, pero hay gente que está en puestos clave que si tú no les pagas, no les pasas algo, entonces no te dejan hacer nada», afirmó

El hijo de Fidel Castro, Álex Castro, ha concedido una entrevista al canal 24 horas de Chile

 
Preguntado sobre las transformaciones económicas, Castro dice que los cambios se harán «dentro de nuestro sistema socialista» y que no se harán «a lo loco». Sostiene que en al Isla no hay desigualdades económicas porque además «hacerse millonario no está estipulado».

La lentitud en los cambios es aconsejable, según él, «para no someter a las personas, al pueblo, a una política de choque donde muchos se pueden quedar en la calle, desamparados».

Además, Castro, que no ocupa ningún cargo político, admite que los cambios son lentos y se muestra partidario de que «las cosas vayan más rápido», aunque reconoce que «hay gente muy conservadora» y opina que «las corrientes conservadoras son peligrosas, porque un cambio es para mejor y si no resulta, vuelves a cambiar».
El fotógrafo afirma que para él habría que ir más rápidos en «las regulaciones con las inversiones extranjeras», sobre en proyectos como el Mariel. «Yo lo noto muy lento», lamenta.
A la hora de buscar culpables a esta lentitud, dice que el culpable «no es solo el Estado» sino «la inmovilidad de la gente» porque en Cuba «hay personas que quieren hacer muchas cosas, pero hay gente que está en puestos clave que si tú no les pagas, no les pasas algo, entonces no te dejan hacer nada».
Preguntado por el periodista admite que se refiere a la corrupción: «Sí, la corrupción que existe en muchos lugares. Claro, aquí no existe tanta porque estos puestos clave no tienen salarios altos, no es como en otras partes que tienen salarios altísimos y entonces se matan por cubrir esos puestos».
En la Isla, dice Castro, «hay muchos niveles en que los dirigentes lo que buscan son más problemas que recursos y salarios», y añade que «hay otras personas que son muy vivas y están en puestos clave y son los que determinan que las cosas avancen».
«Ese es el burocratismo que nos tiene a nosotros frenados», precisa. Y sigue: «Muchas veces la dirección política más alta del país plantea algunas metas a las que todo el mundo dice que sí, pero al final les ponen trabas porque van en contra de sus puestos. Su manera de corromperse les da ganancias ¿entiendes? Aquí eso pasa. El pueblo lo sabe, los dirigentes lo saben. Lo que es muy difícil es sacar a todo el mundo».
El hijo de Fidel Castro dice que su padre está «bien y lúcido» y que «hace sus ejercicios y sus investigaciones». Entre estas está su trabajo con la moringa, una planta con altas cantidades de proteína que puede ser un eficiente alimento para las personas.
Pero es más reacio al hablar de la postura de su padre frente a los cambios que están ocurriendo en la Isla. Al ser preguntado si su padre está de acuerdo con los cambios responde: «No sé. Está de acuerdo con muchas cosas».
Fidel está de acuerdo en que la gente trabaje
En todo caso, apunta que «él está de acuerdo en que la gente trabaje, se fomente el trabajo, que todos produzcan y que la sociedad mejore».
Entre otros temas, la entrevista aborda la cuestión del racismo en la Isla. Castro sostiene que en Cuba 2el racismo lo tenemos prácticamente abolido» porque en la Isla «todas las personas son iguales y no se discrimina a nadie, ni por su fe, ni por su orientación católica, sexual o religiosa, ni por su color de piel».
Sobre la discriminación a los homosexuales afirma que «fueron cosas del pasado que se eliminaron o se están eliminando en la actualidad».
También sobre el sistema de partidos, Castro cree que la Isla se mantendrá con un partido único. «Es muy difícil que haya otros partidos. Va a ser un solo partido, pero al paso que vamos no vamos a ser como Vietnam en cinco años sino en 30 o 40 años, según lo rápido que hacemos las cosas nosotros».
El hijo de Fidel niega también la existencia de desigualdad en el país: «La desigualdad se genera cuando hay un empresario que tiene una gran empresa o industria o es dueño de una cadena de hoteles. Aquí en Cuba eso todavía no ha llegado y pienso que no va a llegar. Hasta ahora tenemos pequeñas y medianas empresas, cooperativas, pero no grandes cambios. La persona puede enriquecerse, pero no puede ser tan millonaria como para comprar una gran industria. Eso todavía no está estipulado en Cuba».
De los inversionistas, Castro dice que pueden llegar pero que sus negocios «serán con el Estado».

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