Herederos de la Ilustración

En vísperas del aniversario de la Constitución Española es un deber recordar a sus precursores, a los primeros constitucionalistas, a hombres de una época mucho más controvertida que la nuestra, en la que existían fuerzas retrógradas afirmadas durante siglos y que forzadas por la presión y las circunstancias solo estaban dispuestas a ceder unas pequeñas migajas de igualdad y libertad.
Si bien John Locke (filósofo comprometido políticamente), David Hume, la filosofía inglesa en general (pioneros del positivismo), pueden considerarse los padres de la Ilustración desde el punto de vista de la filosofía, es a partir de la Revolución de los EE.UU. cuando la ciencia política y el pensamiento democrático adquieren verdadero sentido y se constituyen en modelo a seguir.

La filosofía política había sido hasta entonces pura especulación y reflexión. Crear en los hombres la conciencia de pertenencia a una clase que tiene la responsabilidad de participar en las decisiones que la afectan y que son comunes es obra de hombres como Jefferson (más teórico) y, sobre todo, de Thomas Paine, luego vinieron los ilustrados franceses.
Destaco a Thomas Paine por su valentía, perseverancia y actualidad. Que un trotamundos, sin escolarización inicial, sufriendo constantemente para sobrevivir, fuera capaz de una obra tan original es casi un milagro.


Su conocimiento desde niño, a raíz de la revolución inglesa de 1688, de la usurpación de tierras de los pequeños campesinos por parte de los grandes terratenientes, de la consiguiente emigración a la ciudad y de las míseras condiciones de un proletariado compitiendo por salarios de hambre, le abrió los ojos sabre la realidad social de la Inglaterra de aquellos años.


Su llegada a Filadelfia en 1774 no solo cambia su vida, sino que a partir de su folleto Common Sense, en 1776, proporciona a las colonias americanas, proclives a una mayor autonomía, pero temerosas aún de provocar en demasía a la metrópoli, los argumentos para la unidad y la toma de decisiones más drásticas.


Sus artículos en el Pennsylvania Magazine o en el Journal sobre la emancipación de la mujer, sobre la esclavitud, sobre ciencia, etc. son verdaderas guías de concientización.
Influye en el Primer Congreso Continental reunido en Filadelfia, y tanto en Common Sense, en los Derechos del Hombre y en todos sus escritos, partiendo de la situación de miseria y opresión de gran parte de la sociedad inglesa, crea la necesidad de una nueva praxis política, de un nuevo compromiso liberador por parte de los colonos americanos que se extendiese a su propio país.de origen.


No recuerdo dónde publica «Vivimos tiempos que prueban las almas de los hombres». pero creo que es un pensamiento que se ajusta plenamente a los tiempos actuales. Los acontecimientos recientes, que muestran una gran confusión en los pueblos y una gran carencia de dirigentes para afrontar retos cada vez más diferentes a los de siglos anteriores, le dan razón y actualidad.

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