¿Hacia una mayor transparencia en las ayudas de urgencia para españoles de Cuba?

El secretario general de la Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, volvió a la isla para conocer la actualidad y realidad de las comunidades gallegas radicadas en la isla

 
Gallegos en Cuba
Según los datos más recientes del INE, ahora residen en Cuba 39.071 gallegas y gallegos, de los que 38.607 nacieron ya en la diáspora. Es decir: el 98’81 por ciento son ya nacidos en el propio país, constituyendo la semilla de una nueva generación de la Galleguidad aun más inmersa en la sociedad de acogida, «pero que sigue sintiéndose muy vinculada con la Galicia territorial, tal y como demuestra su activa participación en cantos programas desarrolla la Xunta», tal y como destaca Rodríguez Miranda.
Miranda hizo un recorrido por varias localidades cubanas con presencia de gallegas y gallegos, visitando por vez primera Matanzas, donde existe una activa colectividad de paisanos.
Ayudas individuales de Urgencia
Rodríguez Miranda asistió asimismo a las reuniones preparatorias para la ejecución de programas sociales desarrollados por su departamento en Cuba, y nombradamente para el reparto, en toda la isla, de las ayudas individuales que concede la Secretaría General de la Emigración, que tiene lugar todos los años en estas fechas.
Hace falta recordar que estas ayudas suponen un balón de oxígeno de primera categoría para muchas economías familiares en Cuba, lo que garantiza que las y los mayores gallegos en la isla, y su entorno familiar inmediata, dispongan de mejores condiciones de vida. Más de 7.000 familias gallegas del Exterior -de las que la mayoría residen precisamente en Cuba-, en situación de precariedad o riesgo de exclusión social, se benefician de estas ayudas cada año.
Precisamente la inversión en estas ayudas de carácter individual es la partida presupuestaria más destacada en las cuentas de la Secretaría General de la Emigración, con una dotación de dos millones de euros, casi la tercera parte del presupuesto efectivo (presupuesto total menos partida destinada a personal).
Fuente: Crónicas de la Emigración

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