Gustavo Bueno, filósofo que marcó el pensamiento español del siglo XX al siglo XXI, inconfundible e incomprendido, fue una de las escasas voces que se atrevió a denunciar los garrafales errores cometidos en España desde 1978, especialmente cuando tantas concesiones se dieron a unas alocadas minorías separatistas cuyo objetivo fue, es y será destruir España.
Aunque pueda parecer que muchas veces predicó en el desierto, sin embargo, no se amilanó al defender la unidad nacional de España y cuáles eran sus principales enemigos, siendo incompatible la defensa nacional con la «tolerancia» a sus destructores.
Su discurso está más vigente que nunca.
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