Francisco Núñez del Arco: Quito, de Grande de España, ¿a qué?

-Escrito del historiador Francisco Núñez del Arco

Era de tal calidad y consideración la Congregación de un Regimiento de una ciudad capital de reinos y provincias en nuestro Antiguo Derecho, o sea, la de los ayuntamientos o cabildos hispánicos -representantes de toda la ciudad-, incluyendo los castellanos de Indias, que tenían la autoridad y dignidad de Grandes de España (para quienes no lo sepan, los Grandes de España son las personas que tienen el grado máximo de la nobleza española), y como tales tenían tratamiento de Señoría y comunicación directa con el Rey, sin intermediarios; y así, aún concurriendo al concilio del gobierno de la república, es decir, al cabildo, un Señor particular titulado y aún Grande, se debía sentar a la izquierda del regidor decano o más antiguo quien presidía toda sesión y acto del mismo, mientras el corregidor estaba a su derecha, y de la misma manera en las demás ceremonias y protocolos locales. La reputación y respeto de su nobleza colectiva era inmemorial, pues databa de tiempos romanos, los tratadistas y las fuentes del derecho medieval y moderno así lo recogían y anotaban. El Cabildo no salía al recibimiento ni se descubría la cabeza ante persona alguna, a excepción del Rey, su real familia o su delegado directo como los virreyes o presidentes de Audiencia en América, y el Obispo de su diócesis. Esa era la naturaleza y nobleza de nuestras Ciudades Insignes. ¿Qué somos ahora? ¿Cuál es nuestra condición actualmente? ¿Quito, de Grande de España a qué? ¡¿A qué?!

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