Fidel Castro, hispanófobo y anticatólico

Por Antonio Moreno Ruiz

Uno de los “méritos” de Fidel Castro fue el de pasar por lo que no era, especialmente ante los ojos de los países dizque desarrollados. Así, en buena parte de Europa y Norteamérica, gracias a la izquierda caviar, a Fidel se le hizo pasar por un resistente romántico cuya entrega sin par evitó que Cuba fuera un apéndice de los Estados Unidos.

Con todo, sabemos que es muy difícil derribar la propaganda, máxime cuando durante años y años, la derecha le ha cedido (y ha mantenido) la narrativa al progrerío; pero por intentarlo, que no quede.

Datos matan relatos. A saber:

– Luego del desastre de 1898, con la invasión estadounidense basada en la mentira del Maine (en Estados Unidos ya se reconoce abiertamente este hecho), los mismos norteamericanos se dieron cuenta del caos que se les venía encima y por miedo a que se repitiera lo que ocurrió en Haití a principios del XIX, “dejaron” que se proclamara la República de Cuba en 1902, quedando como “tutores” y tolerando que las autoridades criollas se entendieran con los “antiguos” españoles, siendo que muchos españoles pudieron volver a la isla y recuperar sus propiedades; así como se fomentó la inmigración española, llegando a contarse por un millón en menos de medio siglo.

-En 1959, cuando Fidel “llegó” al poder, el Centro Gallego y el Centro Asturiano movían más dinero en Cuba que los estadounidenses. Más de la mitad de la isla era sanguíneamente española y la religión mayoritaria era la católica, siendo que los vínculos con España eran fortísimos en todos los sentidos. Quien rompió eso no fue Batista, ni tan siquiera los norteamericanos, sino Fidel; el mismo Fidel que siendo hijo de un gallego que luchó contra el separatismo cubano, se revolvió contra su propia sangre y desde primera hora, fue a por la numerosa y próspera comunidad española, extorsionando y confiscando. Una de tantas víctimas fue la familia de Rocío Monasterio, destacada personalidad del partido Vox. Asimismo, no es casualidad que Gloria Estefan, Andy García, por el mundo de la interpretación, o Ted Cruz, Ileana García o Mario Díaz-Balart, en el mundo de la política, sean descendientes de este exilio que fue tan cubano como español.

Fidel fue artífice de un etnocidio y contra su propia gente.

-Asimismo, comoquiera que el clero católico de Cuba estaba en directa ligazón con España, Fidel, que había estudiado con los jesuitas (cuya comunistización parece que no tiene fin), se revolvió contra la iglesia católica al ver que no se doblegaba a sus designios.

En un primer momento, Fidel también se fue contra los santeros, pero luego utilizó la santería para diezmar la tradición católica cubana.

A los años, acabaría utilizando la santería para influenciar a un supersticioso e histriónico Hugo Chávez que habría de abrirle las puertas de su soñada Venezuela para disponer de unos recursos naturales que a Cuba siempre le faltaron.

Fidel dijo poco antes de la caída de la Unión Soviética que Cuba estaba preparada para lo que se viniera. Quién le diría al hijo del gallego que un militar llanero le facilitaría tanto el terreno…

Chávez también se decía católico, como ahora se dice Maduro; cuando el primero era santero y el segundo cree en pajaritos silbones y santones de la India.

Sea como fuere, volviendo a Fidel, sería el barbudo un enganche perfecto de la teología de la liberación, fraguada en los laboratorios de la KGB, al igual que engordaba su grupo de espionaje G2, que campeaba por América y África, hasta que acabó por reinar absolutamente en Venezuela.

Curiosamente (o no), uno de los mayores beneficiarios de la teología de la liberación ha sido el protestantismo. Y también curiosamente (o no), la coincidencia de teólogos de la liberación y protestantes en temas como la leyenda negra hispanófoba son asombrosas (o no…).

-Con respecto a su supuesto antiimperialismo, Fidel no hizo más que abrirse en canal hacia el imperio soviético y mientras mataba a su pueblo de hambre, mandaba a sus soldados a morir por medio mundo. A partir del Foro de Sao Paulo, él fue el primer imperialista que desde Venezuela y Brasil teledirigió el socialismo del siglo XXI, con permiso del imperialismo comunista chino.

-Y además Fidel, en su sociopatía, lo mismo decía una cosa que decía otra. Lo mismo tenía elogios para Franco que lo ponía a parir; lo mismo hablaba orgulloso de su sangre española que insultaba a la historia de España; y así con todo. No hace mucho se ha descubierto su amistad con el argentino Videla. Nada en Fidel guarda lógica más allá del “romanticismo” inyectado cual religión paralela por una izquierda caviar que ante la espantosa realidad del coronavirus está quedando a la altura del betún luego de años de tiranía (in)cultural. Y no en vano, las bofetadas de la realidad harán que muchas tonterías ideológicas se vayan al basurero de la historia. Quiera Dios que en ello entre la leyenda rosa de Fidel, cuya dictadura sigue matando de hambre y miseria a Cuba aun después de su muerte, y van ya 61 años.

Salir de la versión móvil