Europa Unida, o una distopía mediterránea

Planteemos por una vez una utopía europea

La Unión Europea se convierte en los tan deseados (nótese la ironía) Estados Unidos de Europa, una federación de carácter dual en toda regla, con una constitución basada en los tratados firmados por los estados, así como una versión mejorada del proyecto de constitución europea.
illuminated euro
La nueva primera potencia mundial contaría con uno de los mayores ejércitos y el mayor peso económico en el plano internacional. Creando un nuevo polo de influencia geopolítica enfrentada a Rusia, China y EE.UU. Esto se vería tanto en una competencia externa para la creación de tratados internacionales como en el ámbito de los organismos internacionales. Un contrapeso en la OTAN llevaría a los roces con el compañero de armas de Bruselas.
Pero lo que más interesa es el ámbito interno, veríamos un nuevo desarrollo de ciudades interconectadas así como un espectacular desarrollo de los países del este, principalmente de la cuenca del Danubio. Dos ríos que servirían de base para servir de puntos de desarrollo a toda Europa.

El rio Rin sigue siendo una de las regiones más habitadas, tanto por su posición estratégica en la frontera entre los grandes países centroeuropeos, como la localización de los puertos holandeses. Eso por no hablar de los países bálticos, los cuales se desarrollan a un paso agigantado por la inversión europea y la base que creo la reciente creación de su estructura estatal, así como de su avance tecnológico.

Una utopía, sin duda, países hasta hace poco pobres y que eran frontera del conflicto global más peligroso, siendo el centro económico del mundo. Mientras que las grandes potencias del pasado serían las economías prosperas sustentadas en sus logros y una economía de carácter bursátil.

Todo tan bonito… ¿Pero y que pasa con el mediterráneo?

Todo aquel que haya visitado o vivido un tiempo en Italia habrá visto la abrumadora división norte-sur. Caso que difícilmente cambiaria si no fuera para extender su prosperidad económica hasta la zona central. Debido a los problemas del sur con la mafia, el poco apoyo social que se le tiene a la UE, una economía basada más en la exportación de bienes que en servicios y de los movimientos borbónicos e independentistas que cada día azotan más a dicha región.
Sin duda la fórmula seguida hasta ahora sería la óptima para el país en términos maquiavélicos, dado que mientras no escalara el conflicto a un deseo mayoritario de separación de Europa no se le daría cuenta.
Mientras tanto la península ibérica estaría en una divisoria frente a la urofilia de las poblaciones al norte del Ebro, en especial Aragón, cuya economía prospera al ser el puente mediterraneo-atlantico. Sin contar ya el europeísmo que adquirieron los nacionalismos locales por parte del PNV y CiU. Así como de los partidos nacionales en el resto de España en la actualidad.

Esta situación cambiaría por regiones y delimitaciones internas (como suele pasar históricamente en España). Siendo las mesetas zonas que se empobrecerían ante los nuevos centros económicos. Madrid perdería todo el peso que tiene en el ámbito económico, y con su caída arrastraría a todas las castillas, así como al interior andaluz y toda Extremadura.

Y con la caída económica del centro español, Portugal por desgracia caería, dado que la economía y el propio estado portugués dependen de España por cuestiones geográficas y geoeconómicas.
Al no poder desarrollarse como una isla económica, Portugal se arruinaría con el movimiento de capitales.
Volviéndose dichas zonas económicamente dependientes de las relaciones con Iberoamérica y sirviendo como paso para las importaciones del continente con estos países.

¿Os imagináis dicha situación para unos países tan precarizados económicamente?

No se puede vivir de turismo, y más en dicha situación.
Si este es el futuro que usted desea le aconsejo encarecidamente no leer las siguientes líneas, dado que la crítica es propia.
Este es el futuro que puede ocurrirnos si seguimos hacia el precipicio que nos lleva una política asimétrica en el encaje europeo.
Gran Bretaña ha sabido aprovecharse de su posición histórica y de la deuda que tiene Europa tras la segunda guerra mundial para afianzarse en un plano de privilegio económico.
Al igual que a Francia se le hizo la vista gorda con varias normativas europeas y ni nos metamos con las cuestiones bancarias alemanas, los beneficios de las colonias holandesas, ni de los dominios británicos.
Mientras que nosotros, desmontamos nuestra industria, nuestras empresas públicas con beneficios se privatizan y nos vemos obstruidos por límites de producción en todos los sectores económicos.

Viva el neoliberalismo…a su manera

Señores, no sé qué decirles de todo esto, pero creo sinceramente que sería mejor lograr una serie de acuerdos con Europa y un acuerdo económico que evitara la ruptura del mercado común, empezando a mirar de nuevo a Hispanoamérica.
Quizás deberíamos empezar a plantear una serie de pactos confederativos que dieran lugar a un beneficio mutuo y que sirvieran como un espacio común de desarrollo económico. Sin trabas exteriores y para redirigir la competencia que actualmente existe entre los países de nuestra lengua hacia el exterior.

Podríamos crear un bloque que sirviera de contrapeso a los BRICS y al espacio comercial Euro-Americano.

Quizás así Hispanoamérica salga de su subyugación y retome el puesto que le corresponde. Apoyándose mutuamente la fuerza seria increíble. Un tratado de Schengen desde la Tierra del Fuego hasta el Rio Grande o desde Lima hasta Barcelona.
Sería el adiós a nuestros sufrimientos comunes.

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