En Edimburgo (Escocia), con el Costa Fortuna

Foto: Entrada al Castillo de Edimburgo

Edimburgo, 4 de septiembre de 2022.

Querida Ofelia,

En Edimburgo cada paso nos regala una sucesión de ambientes encantadores, entre misteriosos callejones medievales y elegantes calles flanqueadas por palacios señoriales, residencias de reyes y reinas en el pasado.

Dejamos el puerto atrás y nos adentramos en la espléndida ciudad de Edimburgo, encaramada de forma espectacular sobre una serie de volcanes extintos y acantilados rocosos, con un centro histórico fascinante, declarado en gran parte Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Atravesamos la Ciudad Vieja, de origen medieval, un dédalo de callecitas empedradas, callejones tortuosos y largas calles que nos ofrecieron la oportunidad de admirar monumentos históricos y vistas fascinantes.

Fue nuestra primera parada el imponente Castillo de Edimburgo, también de época medieval, con sus bastiones impresionantes. Situado en posición dominante sobre la colina rocosa en pleno centro histórico, ha sido residencia de reyes y reinas escoceses durante siglos. Una vez que llegamos al majestuoso castillo fue imposible no dejarnos seducir por su esplendor y por las espectaculares vistas que se dominan desde lo alto.

Los amabilísimos empleados no aceptan propinas.

Nos alejamos del castillo recorriendo a pie la Royal Mile, la calle más famosa del centro, flanqueada por hermosos edificios de época, tiendas de productos típicos y antiguos pubs. Admiramos la espléndida arquitectura y nos dejamos fascinar por su ambiente gótico.

Seguimos explorando la ciudad pasando por delante del Holyrood Palace, residencia principal de los soberanos de Escocia desde el siglo XVI, y proseguimos hacia Princess Street, la famosísima calle de las compras, con el imponente Scott Monument y sus elegantes jardines.

Nos detuvimos después en la Ciudad Moderna, llamada así en la época de su construcción, en el siglo XVIII, donde prevalece la organización del siglo XIX con arquitectura georgiana, inspirada en los cánones de neoclasicismo.

Esta noche tuvimos en el Teatro Rex el espectáculo “Soirée live-H20”. Es extraordinario como el Costa Fortuna logra ofrecer 15 espectáculos nocturnos de calidad en sendas noches a lo largo de este bello crucero. Es el crucero N° 27 que hacemos con la compañía Costa y seguiremos siéndole fieles mientras mantengan el estilo italiano y no caigan en la mediocridad de otras compañías, que te toman por un niño ignorante que solo piensa en comer y no le interesa nada cultural.

También el crucero con la compañía italiana Ventana por el Nilo fue fantástico. De gran calidad por su programación, comidas, guías y comodidad del barco fueron los dos que hicimos con la compañía francesa Marsans: por el Volga de San Petersburgo a Moscú en Rusia y por el Dnieper de Odessa a Kiev en Ucrania.

Recuerdo en un crucero por El Caribe que tomamos en Miami, en el que un señor de origen cubano me dijo al llegar a puerto en Yucatán: “Tú vas a hacer como los viejos americanos. Vas a bajar a ver piedras viejas de los indios, en lugar de quedarte aquí en la piscina”. En ese crucero vi a tantas personas que llenaban los platos de comida y se sentaban a comer en el borde de las piscinas con los pies en el agua. ¡Tanta gente comía por todas partes que tenía la impresión de que viajaba en un criadero de cerdos!

El Costa Fortuna zarpó al anochecer rumbo a Newcastle.

Un gran abrazo desde estas lejanas tierras que cuando era niño, allá en mi terruño de Camajuaní, veía en las películas americanas de capa y espada en el Cine Muñiz y nunca hubiera podido imaginar que en el futuro habría de recorrerlas.

Félix José Hernández.

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