Embajador de España en Cuba entrega pasaportes españoles a cubanos de origen sefardí

El pasado 30 de mayo, el embajador de España en Cuba, Juan Fernández Trigo, hizo entrega a un grupo de cubanos de origen sefardí el correspondiente pasaporte que los acredita como ciudadanos españoles. Cuatro años después de que la ley de nacionalidad española para los judíos sefardíes fuese aprobada por las Cortes y cuando solo faltan unos meses para que termine su vigencia, miembros de esta comunidad en todo el mundo, incluida Cuba recibieron la ciudadanía de manos de las autoridades consulares.

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“Es un reconocimiento, aseguró Fernández Trigo en medio de su plana mayor que lo contemplaba abobada, porque entendemos que España no los trató con justicia”.

Hablar de justicia en el caso de los sefardíes, implica valorar con criterios actuales acciones que ocurrieron en un momento histórico. Hay que recordar que en aquel entonces las personas que tomaron esas decisiones lo hicieron con perfecto conocimiento de causa y que no fueron los únicos que en Europa tomaron medidas semejantes. Pero pasemos la lección.



Licenciado en derecho como es el Sr. Embajador, no debe habérsele escapado, que en Cuba hay actualmente 60 mil expedientes de nacionalidad bloqueados. Esos expedientes no pertenecen a familias expulsadas de España hace cinco siglos, sino a nietos e hijos de personas nacidas en la Península hace apenas unos años. El trato que se les está dando a las mismas es una vergüenza que ningún medio español ha denunciado, a pesar de las quejas que han llegado hasta el Defensor del Pueblo.

«El gobierno español ha querido dar un paso más para restablecer esa relación que se interrumpió y reconocer que la comunidad sefardí fue tratada injustamente en 1492», afirmó el embajador recordando que esta ley fue elaborada para que los descendientes de antiguos sefaradís que pudieran probar su vínculo con España pudiesen hacer valer sus derechos.

En “Españoles de Cuba” aprobamos este acto de justicia, pero no olvidamos que si de justicia histórica se trata, habría que empezar a reconocer la nacionalidad española de todos los españoles de Cuba que lucharon por España durante la guerra civil (muchos de ellos negros) y que fueron privados de su nacionalidad por el artículo IX del Tratado de París que, dicho sea de paso, nunca fue refrendado por las Cortes del reino.

Una vez hecho esto, sería justo continuar por los descendientes de canarios que se quedaron fuera de la nacionalidad por estos mismos motivos en 1898, para terminar por los hijos y nietos de emigrantes españoles del siglo XX, ya que muchos de ellos llevan esperando más de 10 años por sus pasaportes. No es normal que, dentro de una democracia como la nuestra, una comunidad reciba mejor tratamiento que otra, cuando la Constitución de 1978 asegura la igualdad para todos los españoles ante la ley.

Licenciado en Derecho, Juan Fernández Trigo ha desempeñado, entre otros puestos, los de subdirector general de Relaciones Económicas Internacionales Multilaterales y de Cooperación Aérea, Marítima y Terrestre, y ha sido embajador en Haití (2007-2011) y en Paraguay (2011-2017).

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