Elecciones en Galicia y Compromís

-Por Pepe Herrero


Está claro que en el País Vasco poco se puede extraer de sus resultados, casi ninguna conclusión nos sirve. Pero de Galicia sí. Y atentos a lo que puede venir a partir de ahora y que nos puede afectar de lleno a los valencianos. Y voy a intentar explicarme.

El fracaso rotundo de Podemos indica que el crédito de la política de Pablo Iglesias se agota por momentos. Ya lo vimos en las municipales y autonómicas de hace un año aquí, y se ha confirmado en Galicia. El ser un partido con un dueño único tiene fecha de caducidad.

Indica que los ciudadanos no creen en ese tipo de política y quieren algo diferente. Y quieren que alguien mire por su tierra. Y el BNG se ha llevado esos votos aunque no haya sido diferente el resultado final por que  Feijoo no ha ganado por ser del PP, ha ganado por ser un político que mira por su tierra y no se deja pisotear por Madrid tras cuatro mayorías absolutas consecutivas. Hay que analizar por qué y tendría que analizar el PP de Valencia por qué.

Pero el otro punto de mira está en el BNG. Y os cuento. Compromís ha puesto su mirada en este partido por sus similitudes con ellos. Y van a intentar ver como puede conseguir subir sus votos. No olvidemos que fuera de la ciudad de Valencia, los votos en las municipales y autonómicas pasadas y en las últimas generales fueron mermando el poder de la sonrisa guiñada.

Intentarán ofrecerse como la alternativa valenciana para evitar el poder centralista de los otros partidos. El PSPV en el punto de mira con su presidente en líos fraternales, el PP con una debilidad tremenda tratando de buscar su sitio y recuperar su posición pero sin llegar a refrescar su imagen, Ciudadanos con su incerteza ideológica y Vox con sus líos internos de cajas B que tendrán que aclarar. Terreno perfectamente abonado para que un partido «de la tierra» como se vende Compromís, con un falso y hueco «valencianismo» se pueda presentar a los electores como el BNG de aquí.

Seguramente en los próximos días veremos movimientos en esta dirección.

Aún así, una gran parte del electorado valenciano sigue huérfano de una fuerza propia que defienda la tierra, su gente, sin que nadie desde Madrid o Cataluña diga quien tiene que ser líder o que es lo que se tiene que hacer para cubrir cuota o llegar a acuerdos.

Es el momento de empezar a pensar que hay que moverse en serio. Con responsabilidad y dejando las «barraquetas» y las diferencias de lado, proyectos que no han llevado a nada de nada como se ha demostrado.

UNIÓN.

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