El régimen comienza a revelar las cifras de sus estudios sobre la difusión y letalidad de la Pandemia en Cuba

José Gabriel Barrenechea.

El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) del régimen cubano comienza a revelar algunas cifras sobre el curso de la Plaga en Cuba, las cuales se ha mostrado muy renuente a ofrecernos a la ciudadanía.

Ya se sabía que el número de asintomáticos al momento de su detección correspondía al 52,7% del total de contagiados. Pero siempre que se preguntaba por el porcentaje de los que entre ellos después cursaban todo la enfermedad sin desarrollar síntomas, el señor de la corbata verde olivo, encargado de presentar los parte diarios en televisión, o se iba por las ramas, al mandarle felicitaciones a Raúl Castro por su cumpleaños, o respondía que en los próximos días una emisión especial de la Mesa Redonda se encargaría de darnos el dato. Mas pasaban las semanas, y luego los meses, y seguíamos sin conocer esta importante información, vital para que los ciudadanos podamos saber realmente a qué nos enfrentamos.

Hasta que por fin este martes pasado el mencionado señor rebeló que solo el 18,9% de aquellos detectados asintomáticos, desarrollaron después algún síntoma; y que ninguno formas graves de la enfermedad. O sea, que el 81,1% de ellos no manifestó ningún síntoma, a pesar de tener cierta carga viral. Lo que a su vez indicaría que dentro del número general de contagiados el 42,7% de los poco más de 2 000 detectados ha pasado la enfermedad sin desarrollar ningún síntoma.

También hemos sabido que el estudio a una muestra aleatoria de la población, que se lleva adelante desde inicios de mayo, en su primera fase se aplicó a 3850 individuos, y que de ellos 4 resultaron positivos. Dos de ellos en municipios donde no se habían detectado casos, y donde al tener en cuenta las medidas de restricción de movimiento a la ciudadanía no se suponía pudiera circular la enfermedad.

Aunque las instituciones de salud pública se niegan aún a entregar el margen de error del mencionado estudio, es posible afirmar que si la muestra fue correctamente seleccionada, y representaba por lo tanto a la población nacional, al momento de realizarse dicho estudio, en una población de 11 millones, un 0,1% de la misma se encontraba contagiada con el virus. O lo que es lo mismo, que mientras se reportaban 900 casos activos en el país, el número real debería girar, más menos, alrededor de los 11 000 contagiados, y que por lo mismo la inmensa mayoría de ellos, uno 10 900, no sufrían de formas lo bastante graves como para obligarlos a consultar a un médico.

Debe aclararse que hasta hace muy poco las instituciones de salud pública del régimen no han hecho pruebas aleatorias entre la población, salvo el estudio antes citado. El método seguido, más bien pasivo, ha consistido en identificar los contactos de todo aquel que ha sido detectado positivo al presentar síntomas, o al regresar al país tras el cierre de fronteras, aislar a esos contactos, aplicarles pruebas, y continuar la cadena en todos los casos positivos.

Este método tiene sin duda el defecto de que en una enfermedad en que incluso los asintomáticos pueden transmitirla, y en la cual está comprobado una parte considerable de los contagiados no desarrollan nunca síntomas, aunque contagian, la mayor parte de los portadores del virus escapan a la vigilancia epidemiológica. Como se ha puesto de manifiesto hoy, tras comenzar a aplicar pruebas a ciudadanos aparentemente sanos, en lugares de aglomeración de personas. Así, el señor de la eterna corbata verde olivo, nos informa hoy que 5 de los 8 casos detectados ayer proceden de este método, por primera vez verdaderamente activo, de buscar nuevos casos de contagiados.

Era algo que sin embargo se sospechaba dada la presencia de un elevado porciento, entre quienes eran descubiertos no como parte de la pesquisa de alguna cadena originada en un caso descubierto al presentarse al médico con síntomas, o llegar desde el exterior tras el cierre de fronteras, a los que a pesar de lo meticuloso estudio epidemiológico no se conseguía encontrarles una fuente de contagio en algún contagiado ya conocido.

Este porciento, aunque se desprende no baja del 20% de los pacientes descubiertos como parte de la pesquisa entre los contactos de los que son descubiertos primariamente, y de manera probable ronda el 40%, es todavía uno de esos datos que el régimen guarda de manera más celosa.

Queda por ver si en algún momento las instituciones de salud pública del régimen cubano nos brindan los datos del estudio de prevalencia en la población de anticuerpos al virus. El cual se lleva adelante en paralelo a las pruebas aleatorias a las que nos hemos referido más arriba. El mismo, desarrollado en una muestra también aleatoriamente seleccionada, permitiría conocer ya no solo a los contagiados al momento de la prueba, sino incluso los que antes sufrieron la enfermedad, a partir de los anticuerpos que desarrollaron contra la última.

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