El Cristo Resucitado de Giulio Clovio, en el Museo del Prado

Ilustración: Cristo Resucitado, Giulio Clovio, 1550. Gouache, acuarela y oro sobre vitela. 21 x 15 cm. American Friends of the Prado Museum, donado por Pilar Conde Gutiérrez del Álamo.

Madrid, 31 de octubre de 2019.

 El Cristo resucitado fue posiblemente encargado por el cardenal Alessandro Farnesio a Giulio Clovio quien lo finaliza sobre 1550. Para su ejecución, el artista se inspiró en una escultura de Miguel Angel, del mismo título, que se conserva en Santa Maria Sopra Minerva, Roma. 

 Conocido por su amistad con el mucho más joven El Greco, Clovio es considerado el mejor  miniaturista e iluminador del Renacimiento, además de ser creador de una nueva técnica en la que aprovecha la textura y los tonos propios del soporte –papel, pergamino o vitela para aplicar el color por medio de pequeños puntos que, unidos, parecen “como una nevada que cae sobre la pintura” tal y como lo describió Francisco de Holanda. Muestra además una gran originalidad al alejarse de la tradición medieval de la miniatura, concibiendo sus ilustraciones como cuadros en pequeño formato y alargando así la vida a una técnica que, desde la invención del grabado, parecía estar abocada a desaparecer. 

 Felipe II poseyó varias miniaturas de Clovio, quien ya era admirado en España desde tiempos de Carlos V, tanto por los propios monarcas como por los miembros de su corte. Sin embargo, tras la Guerra de Independencia, muchas de ellas acabaron en colecciones francesas. Hasta este momento en España se conservaba solo una representación de la Sagrada Familia con santa Isabel y San Juanito en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid.

El Cristo resucitado permaneció en una colección privada en España hasta poco antes de ser adquirida por la donante. Respecto a su depósito en el Prado, la directora de American Friends of the Prado Museum, Christina Simmons, comenta que “Agradecemos enormemente a Pilar Conde su generosa donación y es una gran satisfacción poder ofrecer esta obra de máxima calidad en depósito al Museo del Prado.” 

 Miguel Falomir, Director del Museo del Prado –que considera que esta obra de Giulio Clovio es una joya del Renacimiento, por su calidad y singularidad–, muestra su agradecimiento a  American Friends of the Prado Museum y a su donante, Pilar Conde, por su generosidad y por contribuir a la visibilidad de esta obra históricamente vinculada a España, de uno de los grandes miniaturistas del siglo XVI.

 Pilar Conde señala que constituye una enorme satisfacción haber contribuido a enriquecer las colecciones del Museo con esta pieza, ya que hasta el momento el Prado no poseía ninguna obra de Clovio. En palabras de Conde “pensé que debía de donarla a los American Friends del Prado para el disfrute de todos los visitantes del Museo y espero que el público cuando venga a ver el Clovio disfrute tanto como yo lo he hecho”. 

Giulio Clovio (Grižane, Croacia, h. 1498-Roma, 1578)  Desarrolla su carrera artística en Italia, principalmente en la ciudad de Roma y al servicio del cardenal Alessandro Farnesio. Allí entra en contacto con algunos de los grandes artistas del Renacimiento como Miguel Ángel, Rafael Sanzio o Giulio Romano, formándose en el ámbito artístico con este último. Entabla además una especial amistad con El Greco, quien le realizará un retrato que hoy se conserva en el Museo Nazionale di Capodimonte (Nápoles). Clovio dedica su carrera tanto a la iluminación de códices –siendo su mejor obra el Officium Virginis realizado para el cardenal Farnesio (Nueva York, Morgan Library)– como a la realización de cuadros de pequeño formato, miniaturas sueltas y dibujos. Su estilo está muy influido por el arte de sus contemporáneos –de forma especial por la obra que Miguel Ángel y Rafael– y en él se aprecia una clara tendencia al manierismo, visible en la elección de colores, la propensión a la deformación anatómica y en la utilización de perspectivas irreales. 

El croata Giulio Clovio fue el miniaturista más importante y celebrado del Renacimiento italiano. Aunque no hay pruebas documentales, es posible que Sofonisba coincidiera con él en Piacenza o Parma. El artista aparece sentado y en el momento de pintar un pequeño retrato femenino. Se ha supuesto que podría tratarse de la miniaturista Levina Teerlinc (h. 1510-1576), pero también, y sería más probable, de Sofonisba, a quien contempla Clovio para que complete su efigie.

 Pilar Conde Gutiérrez del Álamo Nacida en Linares, España, la coleccionista Pilar Conde Gutiérrez del Álamo, vive en los Estados Unidos, donde ha desarrollado su carrera profesional en el ámbito financiero. 

 Consciente del interés y valor que aporta a las colecciones del Museo esta miniatura, decide donar la obra, con gran generosidad, a American Friends of the Prado Museum.

 American Friends of the Prado Museum Creada en 2014, es una entidad sin ánimo de lucro estadounidense, cuya misión es apoyar al Museo del Prado en España y fomentar un mayor conocimiento de sus colecciones en Estados Unidos. 

 En sus primeros cinco años, American Friends ha recibido el retrato de Felipe III de Velázquez, donado por William B. Jordan, depositado actualmente en el Museo del Prado y ha aportado fondos, en colaboración con Friends of Florence, para la restauración de La Anunciación de Fra Angelico, así como para otras obras que el público pudo contemplar en la reciente exposición Fra Angelico y los inicios del renacimiento florentino.

 Además, con el objetivo de impulsar y fortalecer el vínculo entre el Museo del Prado y Estados Unidos, la institución ha desarrollado diversos proyectos que han permitido conocer mejor las colecciones de la pinacoteca en Estados Unidos. Iniciativas como tres ediciones de la exposición al aire libre de obras maestras del Museo en el estado de Nuevo México y material didáctico sobre el Prado para distribuir a 130 colegios; todos ellas han llevado el Museo del Prado a más de 200.000 ciudadanos. 

Un gran abrazo desde nuestra querida y culta España,

Félix José Hernández.

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