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Por el egoísmo catalán perdimos a Cuba

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Cataluña no será España, pero manda en España mucho más que el resto de otras regiones

Y cuando se dice Cuba, el asunto lleva emparejado toda la vergüenza ocultada a la opinión pública que significó las tremendas cantidades en cientos de millones de dólares, en dinero contante y sonante, que tuvo que pagar España a los “sindicatos” gringos como indemnización de guerra, y presenciar, ante la indiferencia de nuestros amados padres patrios como hasta Alemania, después de haberse forrado con España vendiéndole los fusiles Mauser, en combinación con el clero trinitario Vaticano pegaron el braguetazo económico de la reventa de las islas del Pacifico: Las Carolinas.
En esta España de muchas puñetas y pocos puños, salvo que seas un tratadista independiente que te importe un carajo y medio el publicar o no en editoriales de éxito comercial y crematísitco; el que te llamen los medios de comunicación italo-catalanes en España o no, y que no se puede obtener cátedra en centro docente alguno titulando un articulo tal y como glosa el presente, porque Cataluña no será España, pero manda en España mucho más que el resto de otras regiones, que todo sus rezos van dirigidos a que pierda el Barsa.
Partiendo de la premisa que lo lógico y cabal es que si los catalanes quieren hacer un referéndum y por mayoría deciden separarse de España, están en su pleno derecho moderno de hacerlo, no será servidor el que eche ni una sola lagrimica de dolor económico si dicen mayoritariamente los catalanes de irse de España, basado en el hecho fundamental de que España siempre le ha dado a Cataluña muchísimo más que Cataluña le ha dado a España, y por culpa de la burguesía cubano-catalana, tuvimos que decirle adiós a Cuba y todo el resto residual Imperial; un resto, en el plano económico, altamente rentable para cualquier economía europea.
A Cuba acudieron voluntarios muchos generales españoles en busca del definitivo entorchado del generalato, y mucho jefes y oficiales soñando con el ascenso; pero no deja de ser curioso que entre tantos generales, el general a secas, en Cuba e incluso en la envidiosa España, el único general que se conoce como tal y jefe supremo de todo lo hispano-cubano, es al general segoviano don Arsenio Martínez Campos Antón, y todos los demás generales van cayendo en el olvido y cada vez más, mientras se agranda con el paso del tiempo el buen hacer del general segoviano, y el mal pago que, como siempre, le dio la España de la llamada gente de bien, dueños entonces y ahora de la patria española.
Hasta en los pequeños detalles de una prensa ruin, pelotillera y desinformadora, en manos de la burguesía del momento, se atrevió a publicar que durante la partida del general balear Valeriano Weyler, relevo por imposición de la burguesía cubano-catalana tanto de allá como de acá del general por excelencia Martínez Campos, escribió que no hubo en el puerto de embarque, en Barcelona, ni una sola muestra de dolor como las hubo en todos los embarques en todos los puertos españoles cuando se despedían las tropas que marchaban a Cuba.
Para la ocasión de enviar el relevo a La Habana, a Cuba, del general Martínez Campos, destituido de su cargo simplemente porque lo estaba haciendo bien, probablemente muy bien, y la burguesía lo que quería era la guerra y poner a los cubanos de rodillas, el Marqués del Campo, José Campo Pérez, sin pisarle la manguera a sus colegas patrios, los también armadores y dueños de variados negocios de ultramar: azúcar, café, y especies variadas, y entre las variadas especies los que no tenían papeles de humanos y sí de esclavos, los López López y los Satrústeguis, lo más florido de la flota mercante española, el vapor “Santo Domingo” adaptado de forma tal que sus 2.805 Tns de registro bruto, pudiesen llevar, al margen de la carga en las bodegas, con comodidad a 177 pasajeros en primera clase, y otros 606 en los entrepuentes, salió de Barcelona entre vítores y manifestaciones “espontáneas” a la española del bocadillo o el cigarrillo como premio.
Por la vía del general, por la vía del sencillo y poco amante de los boatos Martínez Campos, cabía perfectamente, en contra de los intereses egoístas de la burguesía cubano-española-catalana, que la formula empleada entre Canadá e Inglaterra, en cuya línea trabaja el liberal general de que se diera entre España y Cuba, entre Cuba y España, que de hecho estaba mucho más sencillo que en Canadá supuesto que para el caso y el momento había dos Canadás, la francesa y la sajona, con guerras incluidas y muchos interese internacionales de por medio. Todo se llevó, porque había voluntad a buen acabo y ahí está Canadá como ejemplo de buen hacer en su emancipación y surgimiento como estado.
El general Valeriano Weyler, sustituto del general español, es lo mismo que si se hubiese enviado a Cuba una bomba moderna de efecto retardado a explotar cuando todo fuera por un camino lógico diplomático.
Salud y Felicidad. Juan Eladio Palmis.

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  1. GUSTO DE ALZARLA
    Arriba, arriba,
    pero solo por el gusto de alzarla.
    España siempre estuvo en lo alto;
    pero en lo alto del jergón de la miseria,
    de un pueblo,
    de una gente,
    que no movemos un esparto,
    que no sea ideando pillajes,
    organizando estafas,
    pensando en sisas y comisiones,
    al dicho,
    claro está,
    de subir arriba a España.
    España siempre fue,
    es y será, un gran lebrillo roto,
    lleno de lañas,
    donde comen los mismos gallos
    y todos los demás,
    cuando podemos,
    con gratitud inyectada,
    las migajas.

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