Cuba es mucho más que Castro y el Che

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Y aunque el casperío español y mucho del europeo, por no decir casi todo, se ha quedado parado en ese concepto e imagen de Fidel y el Che, y no quieren entrar en lo profundo de una hermosa cuestión que es la honestidad de la cubanía, que desborda lo que se considera utópico en la llamada sociedad dominante blanca.

Mientras que en Europa, en España (España está en Europa, pero no es ni será nunca europea) se acató los parámetros dominantes del espacio social que dominaron, para el caso el cristianismo bajo una secta u otra, con los Austrias, o los Sacros Imperios, Cuba, la cubanía, no aceptó ni ha aceptado todavía las reformas de lo que se denominó el Borbonismo, en realidad el cristianismo: Fortalecer un Estado que no da, pero se traga un buey de un solo bocado sin pestañear.

Tal y como se encuentra en la actualidad la sociedad cubana, por lo poco que un servidor pueda entender de macro economía, sí recuerdo a aquella España franquista, arruinada, pagando con sus escasos recursos la ingente deuda de la guerra, mientras la mayoría de españoles se morían de hambre.

Y salió para adelante en apartar hambrunas y algunas injusticias, porque el sistema financiero más socialista, las Cajas de Ahorro, comenzaron a funcionar con el dinero de fuera de los jornaleros, y ayudaban en la más pura realidad a los emprendedores, cosa que no ocurre ni de casualidad en los bancos: nacidos para humillar, especular, con el mismo olor y tufo que las religiones monoteístas.

Y Cuba, actualmente con muchísimo adelantado en relación a como estaba la España franquista de echada a perder, con un sistema financiero al estilo y formato de las Cajas de Ahorro, en la sabiduría que a los EE.UU. no le van a quedar nada más que dos opciones en lo que respecta al cerco económico con la isla, o la bombardea con dos o tres bombas atómicas, o levanta algo que se le está volviendo en su propia cuenta como es el citado embargo económico.

En realidad diaria de España, uno ha tenido que dejar de viajar por culpa del virus que “están cultivando” las farmacéuticas, en vez de “matarlo” aunque sea a martillazos, y, por tanto nada sabe de lo que puede estar aconteciendo en otros países. Pero, en España, los bancos están dándole el estocazo final a una economía frágil, injusta, sin ventanilla alguna de reclamaciones donde la política lo puede, absolutamente, todo.

Y Cuba, aquella hermosa y todavía virginal tierra, cuyas gentes “resuefven” el día a día con una dignidad y aplomo diferente al resto de todo lo conocido en cuanto a sociedades pacíficas y con conocimiento colectivo, sus cualidades vienen de muy atrás en su historia, que en modo alguno la monopolizan la Revolución de la Sierra Maestra, ni sus admirados líderes; sino que es algo que se ha denominado como cubanía, y que se mastica y se palpa, sobre todo, en sus áreas rurales.

El impulso que podía darle a la sociedad cubana actual los estatutos de funcionamiento de las Cajas de Ahorro, entidades sociales sin dueño y sin ánimo de lucro, sería fundamental para una necesaria y esperada calidad de vida, que así como en otros países hispanoamericanos duermen a pierna suelta en la cama propiedad del señorito, en Cuba, ni quieren ni han querido nunca dormir en otra cama que no sea la propia; la suya. Y que el señorito duerma lejos.

Tener de vecino inmediato a los EE.UU., un país brutal que entre sus hechos está el que sin temblarle el pulso tiene por norma el intento nunca logrado de poner de rodillas a un pueblo mediante el hambre, el napalm o la bomba, no es garantía de nada.

Pero no hay imperio que haya durado más de cien años. Y EE.UU. empezó a comer caliente en la década final de los años treinta del siglo pasado.

Salud y Felicidad sin covid. Juan Eladio Palmis.

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