-Por Andres Alburquerque
Sé que esto puede ser en extremo polémico; pero yo no puedo callar ni ocultar lo que veo y lo que veo es lo siguiente:
Gracias a «El Espejo» han salido a la luz nuevamente los sicarios de la cultura cubana que reprimieron sin contemplación a su entonces colega Mike Porcel sólo porque este deseaba marcharse del país. Sin duda eso fue un abuso y debe ser condenado; los actos de repudio contra quien sea que se cometan constituyen una bofetada en el rostro de la humanidad.
Pero mientras veía el programa y observaba con cierta repugnancia como Tony Pinelli nadaba en el lodo para finalmente pedir disculpa a Porcel, salió a relucir el hecho de que Mike había estado en Etiopía; ummmm. Evidentemente fue un golpe bajo de Pinelli. PERO…
Ustedes me van a perdonar pero sin dejar de condenar los actos de repudio; a menos que Porcel haya ido a esa nación africana como personal de la Cruz Roja Internacional; cosa que dudo mucho; fue allí sólo como dos posibilidades: O a matar negros a nombre del imperio soviético; o a cantar loas a los que mataban negros a nombre del imperio soviético. Sea claro que yo me ofrecí para ir a Angola y Etiopía a matar negros también a nombre del imperio soviético. A modo de atenuante digo que yo entonces no veía ese mercenariamo; creía que hacía lo correcto y esa puede ser también la excusa para Mike Porcel; bueno; y ahí va la bomba; ¿no podría Tony Pinelli argumentar que en ese momento pensó que el acto de repudio era lo correcto?
Lo cierto es que resulta importante que los cubanos empecemos a cargar nuestro propio equipaje; que los victimarios pidan perdón a las víctimas y que se vaya aclarando el panorama; pero debemos ser cuidadosos a la hora de juzgar precipitadamente sin tener en cuenta todos los elementos. Lo más fácil es destruir un pueblo entero y llevarlo al paroxismo y la estulticia; el problema es años después comprender cómo se llegó a un punto tan bajo.