¿Cuántos cubanos tendrían derecho a la nacionalidad española?

Las cifras oficiales sobre la cantidad de españoles que residen en Cuba están muy por debajo de la realidad. Cuando se acercan las elecciones, numerosas agrupaciones de la sociedad civil como Marea Granate, por ejemplo, denuncian las irregularidades de bulto que pueden apreciarse a nivel mundial en los padrones electorales CERA y PERE publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Por otro lado, el Defensor del Pueblo ha reiterado en cada uno de sus informes anuales, que el Consulado de España en Cuba es el que más quejas genera, sin que hasta la fecha ningún embajador en funciones haya conseguido mejorar la imagen de la sede diplomática del Reino en la isla. En cualquier caso, los abusos registrales, entre otros disfuncionamientos inaceptables en dicha sede diplomática, siguen siendo la comidilla de los bufetes de abogados y las consultorías jurídicas lo mismo en La Habana que en Madrid.
Pero demos por buenas las cifras de las personas que pudieron acceder a la nacionalidad española por sus abuelos, gracias a la disposición adicional 7ma de la Ley de Memoria Histórica, más conocida en Cuba como Ley de Nietos. Según declaraciones del personal consular acreditado, alrededor de 140 mil personas han podido optar por la nacionalidad española gracias a esta ley, y unas 70 mil se encuentran esperando (algunas hace diez años) a que sus expedientes se resuelvan.
Al término de todo este proceso, se estima que 300 mil nuevos españoles residirán en la isla. Sin embargo, aunque esta cantidad parezca grande, Cuba no es una excepción en el panorama actual. Según datos oficiales, los españoles que residen fuera de España sobrepasan ya los dos millones de personas. En América, por ejemplo, capitanea Argentina, donde el censo pronto alcanzará el medio millón, le sigue Venezuela y, por último, Cuba.
Un secreto bien guardado
Pudiera parecer normal que, siendo Argentina uno de los países donde emigraron más españoles durante el siglo XX, el país cuente con la colonia más numerosa de descendientes. No obstante, este primer análisis es, como poco, incorrecto, porque, aunque nadie lo sepa, es en Cuba donde en realidad reside la comunidad española más grande del mundo.
En efecto, las estadísticas oficiales olvidan, -no sabemos si a propósito-, que, según el censo de 1899,* al final de la Guerra Civil de 1895, se quedaron residiendo en Cuba, unos 129.240 peninsulares, a los que el artículo IX del Tratado de París autorizó a conservar su nacionalidad española. Para consignarlo oficialmente fue habilitado un registro que cuenta en la actualidad con 64.800 asientos, consultables en el Archivo Nacional de Cuba.
Pero eso no es todo, para 1933, según los datos contrastados del censo**, la colonia española de Cuba se había multiplicado con alegría, y en aquel entonces la integraban ya 840.055 personas, de las que sólo 227.104 habían nacido en España. El resto de la misma, estaba compuesta por los hijos, de origen cubano-español y las esposas cubanas, muchas de ellas también hijas de españoles.
Considerando que cada uno de ellos consiguió reproducirse al menos una vez, estaríamos hablando de millones de personas que en la actualidad tendrían derecho a la ciudadanía española, si la anunciada (y muy esperada en la isla), reforma del Código Civil, llegara a aprobarse el año próximo tal y como está redactada.
Estamos pues, muy pero que muy lejos de los 300 mil españoles previstos por la administración. Muy pocas personas en España, han medido el alcance de esta vertiginosa cantidad de isleños con derecho a pasaporte europeo (y a derechos políticos) que se les viene encima. Creemos que ya va siendo hora de que los partidos institucionales peninsulares encaren la situación antes de que les estalle en la cara, como está sucediendo ahora mismo en Venezuela, donde la evacuación de los españoles que allí residen se ha convertido en una espada de Damocles para el gobierno de Pedro Sánchez.
* Departamento de Guerra, oficina del director del Censo de Cuba, Informe sobre el Censo de Cuba, 1899, Washington, Imprenta del Gobierno, 1900, p. 228.
** J.M. Álvarez de Acevedo, La Colonia española en la economía cubana, en Revista de la Cámara Oficial Española de Comercio, Editora Ucar, García y Cía., Habana, 1936, p.30.
Fuente: Coralia Alonso Valdés, La inmigración española en Cuba como fuerza de trabajo: 1800–1933, Archivo Nacional de Cuba.

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