Imagen: Los Mercaderes del Templo. Valentin de Boulogne, (1591-1632).
París, 28 de agosto de 2019.
Querida Ofelia:
Te envío este interesante artículo en el que Su Santidad el papa Francisco habla sobre los curas que osan cobrar por los Santos Sacramentos:
El papa Francisco denunció que algunas parroquias se conviertan en «casas de negocio» y hagan pagar por celebrar sacramentos como bautizos o bodas, durante su homilía en la misa matutina de la capilla de su residencia, la Casa de Santa Marta.
El papa reflexionó sobre la liturgia del día en que Jesús expulsó a los mercaderes del Templo, «porque habían transformado la casa de oración en una cueva de ladrones» y entonces denunció cómo también ahora los sacerdotes pueden causar escándalo con sus hábitos, con el comercio o la mundanidad.
«Cuántas veces entramos en una iglesia, aún hoy, y hemos visto la lista de los precios» para el bautismo, la bendición, las intenciones para la Misa. Y el pueblo se escandaliza», exclamó el papa.
Ante ello, Francisco contó cómo recién ordenado sacerdote conoció a una pareja de novios que quería casarse durante una ceremonia que incluyera la misa, pero el párroco se negaba porque decía que la celebración no podía durar más de 20 minutos porque se ocupaban dos turnos.
«¡Y para casarse con una misa tuvieron que pagar dos turnos!», y esto es «un pecado», denunció el papa.
El papa recomendó entonces a los fieles que cuando vean estas cosas «tengan el valor de decírselo a la cara al párroco».
«Hay dos cosas que el pueblo de Dios no puede perdonar: a un sacerdote apegado al dinero y a un sacerdote que maltrata a la gente», dijo el pontífice, quien agregó que es imposible perdonar cuando «La casa de Dios se convierte en una casa de negocios».
Señaló además cómo la Iglesia o las iglesias no pueden ser especuladoras, porque «la salvación es gratuita». (Ciudad del Vaticano, 21 de noviembre de 2014.)
En Cuba tomé la comunión en la Iglesia de Monserrate de la calle Galiano, con el padre Lobato, me casé en la Iglesia de Nuestra Sra. del Carmen de la calle Infanta, donde mismo bauticé a mi hijo, en ambos casos con el padre Clemente (Teodoro Becerril), en ningún momento se me exigió que pagara ni un centavo. Al fallecer mis padres en La Habana, se hicieron sendas misas aquí en París en la Iglesia de La Madeleine, tampoco se me pidió que pagara. Eso aquí es considerado como una blasfemia.
Mi hijo recibió la Comunión, la Confirmación y se casó por la iglesia en Francia, en ningún momento tuvimos que pagar ni un euro.
Recordé que una encantadora chica, que Dios decidió llamar en plena juventud- y que estoy seguro de que descansa por la eternidad muy cerca de Él-, me dijo un buen día, que en Miami había que pagar por los Santos Sacramentos. Confieso que no le creí, pues pensé que era una broma suya. Además como en Francia, recibir los Santos Sacramentos es completamente gratis y sólo se hace una donación si uno puede o lo desea, decidí llamar por teléfono a cinco iglesias de Miami y preguntar si había que pagar algo.
Aquí tienen las tarifas que me proporcionaron unas señoras muy amables:
-St. Martha Church.9301 Biscayne Blvd : Bautizo $50, Comunión $250, Boda $750, por la Extrema Unción se acepta una donación.
-St. Kevin. 12525 sw. 42 nd. St. : por el Bautizo se acepta una donación, Comunión $220, Boda $400, por la Extrema Unción se acepta una donación.
-St. John Bosco. 1358 n.w. 1 st.: Bautizo $50, Comunión $100, Boda $350, por la Extrema Unción se acepta una donación.
-Little Flower Gables Church.2711 Indian Mound Trail Corail Gables: Bautizo $3000, Comunión (no estaba la persona que se ocupa de la catequesis) , Boda $2500, por la Extrema Unción se acepta una donación.
– Our Lady of Lourdes church.11291 s.w. : Bautizo $150, Comunión $460, Boda $950, por la Extrema Unción se acepta una donación.
Me fue imposible comunicar con La Ermita de la Caridad, siempre caía en una grabación.
¿Imagino el corre corre si Jesús llegase a esas iglesias de Miami látigo en mano?
Algo positivo es que como no hay que pagar por la Extrema Unción, te envían gratis al cielo: ¡De Miami al Cielo!
Y así van las cosas por estos y aquellos lares.
Un gran abrazo desde La Ciudad Luz,
Félix José Hernández.
–