París, 27 de septiembre de 2022.
Querida Ofelia,
Solo hoy he encontrado el tiempo suficiente para contarte nuestra visita a York, durante el crucero del Costa Fortuna que hicimos este mes.
La antigua ciudad de York nos revela sus secretos, gracias a la presencia de un guía que nos acompañó a visitar la admirable catedral gótica y a un paseo a nuestro aire para poder explorar callejones, plazas y monumentos.
Dejamos el puerto de Newcastle a bordo de un autobús y nos dirigimos hacia el sur por la antigua vía romana, convertida hoy en una moderna autopista, atravesando paisajes bucólicos de gran belleza, entre dulces colinas verdes, bosques encantadores y animales de pastoreo.
Llegamos así a la antiquísima ciudad de York, fundada por los romanos y conquistada después por los vikingos, y aún hoy rodeada por maravillosas murallas medievales.
Una vez en el centro, nos esperaba una visita guiada a la imponente catedral gótica, la más grande de Europa erigida en ese estilo, una obra de arte y de ingenio que nos dejó con la boca abierta con sus capiteles puntiagudos, las dos grandes torres finamente decoradas y los dos amplios vitrales de colores.
Caminamos bajo la inmensa nave de 32 metros de altura y sostenida por columnas esbeltas y entramos en la sala capitular del siglo XIII, sublime ejemplo de estilo, decorada con sinuosos relieves de piedra donde destacan más de doscientas cabezas y figuras conmovedoras.
Al acabar la visita, dispusimos de tiempo libre para explorar York por nuestra cuenta, perdiéndonos por los callejones, visitando los monumentos que más nos gustaron y disfrutando del particular ambiente que se respira en las calles y plazas.
A pocos pasos de la catedral, pudimos recorrer The Shambles, considerada con frecuencia la vía medieval mejor conservada de Europa, a la cual se asoman las características casas de celosías altas y estrechas sobre el antiguo empedrado en una sucesión de tiendas pintorescas.
Pudimos acomodarnos para el almuerzo en uno de los innumerables restaurantes que llenan el centro, aprovechando la ocasión para probar especialidades locales.
No perdimos la oportunidad de caminar por las pasarelas de la imponente muralla medieval, disfrutando desde lo alto de las vistas de la ciudad.
Al término del tiempo libre, fuimos a la cita en el punto de encuentro para volver a Newcastle.
Al regresar a nuestro camarote, nos percatamos de que la cercana puerta del corredor estaba cerrada y había un cartel que decía. “Prohibido pasar. Solo el personal autorizado puede hacerlo”. Como soy muy curioso, abrí lentamente la puerta y vi pequeñas mesas junto a varias puertas. Después supe que allí depositaban los alimentos a las personas que habían sido aisladas al haberse detectado que tenían el Covid. Aparentemente fueron contaminadas durante las excursiones, pues para subir al barco el primer día tuvimos que presentar el carnet de vacunación (mi esposa y yo tenemos puestas cuatro), además de un test realizado 24 horas antes de comenzar el viaje.
Un gran abrazo desde La Ciudad Luz,
Félix José Hernández