Candelaria, un pueblo canario sin alcantarillas 208 años después de su fundación

Fundado en 1809, Candelaria es un pueblo y municipio de la Provincia de Artemisa, en Cuba.

El trabajo de Servicios Comunales en Candelaria bien puede darle a ese municipio la distinción de destacado, al ser uno de los más limpios de Artemisa, con sus más de 21 000 habitantes y 11 asentamientos fuera del casco urbano, incluidos dos con áreas turísticas.
“Dentro del poblado cabecera atendemos dos zonas comunales, con dos tractores para la recogida de desechos sólidos y uno para el mantenimiento de las áreas verdes. Si fallara uno, lo sustituye el de áreas verdes”, comenta Enrique Rojas, director de la UEB Comunales Candelaria.
“Cada uno dispone de una tripulación de cuatro hombres. Además, en la comunidad Las Terrazas trabaja un tractor con otros cinco, y contamos con siete bueyes para los asentamientos fuera del casco urbano.
“Las brigadas con tractores, los barrenderos y las carretas de tracción animal realizan su labor todos los días desde las 5:00 a.m., de lunes a sábado, y el domingo solo en las vías principales y las áreas comerciales. Su sistema de pago depende de la vinculación y los resultados de cada trabajador.
“Cuando los tractores terminan sus acostumbrados recorridos, se incorporan a la recogida de microvertederos, escombros y patios, un servicio que puede solicitar la población en la oficina de Comunales.
“En cooperación con la Asamblea Municipal del Poder Popular, reparamos el parque infantil Rayito de Sol, con las facilidades que ofrece el uno por ciento de la contribución de las empresas al mantenimiento de áreas y locales.
“Si la basura está clasificada, no hay problemas; es más fácil de recoger. Pero cuando está mezclada es incluso más difícil de transportar”, asegura Rojas.
“Persiste la necesidad de cambiar de sitio el vertedero municipal, pues el viejo se halla en el patio del estadio de béisbol. Ya tiene más de dos metros de profundidad y 18 capas de basura, lo que torna muy irregular el terreno… y peligroso para nuestros tractores y trabajadores.
“Se están preparando condiciones en un nuevo terreno, a 3.8 kilómetros al sur de este, con mejores características y más alejado de la población, porque la densidad de pobladores ha aumentado en las áreas cercanas al actual”.
Candelaria es un pueblo sin alcantarillado. Todo el desagüe corre hacia el sur, por las zanjas que separan las aceras de la calle.
A pesar de las dificultades de trabajo, y gracias a los beneficios recibidos, bien puede llamarse a Candelaria uno de los pueblos más limpios de la provincia. Enrique Rojas luce contento por la ayuda del pueblo a esta labor: los apoyan, les brindan café y hasta les regalan guantes; les facilitan el trabajo recogiendo los desechos en sacos y acomodándolos en lugares fijos y recogidos.
Sin embargo, la enseñanza más clara y valedera de este colectivo es que “cuando hay sistematicidad, la basura no se acumula”.

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