Avatares cubanos

Liu Santiesteban y la leyenda negra

 
La señora Liu Santiesteban desempeña en la redes una encomiable labor periodística a favor de los derechos del hombre y la libertad de su patria. Pertenece a una nueva generación de activistas que por su carisma ha conseguido encontrar espacios mediáticos y políticos propios en un desierto donde nada crecía. Sin embargo, la agitadora social se equivoca en un reciente y desafortunado comentario publicado en las redes sociales.
Tras la publicación en 1914 de La leyenda negra y la verdad histórica, Julián Juderías consiguió demostrar que la mayor parte de las ideas sobre España dentro y fuera de la misma obedecen a una campaña de descalificaciones orquestada por sus enemigos históricos; dicha maniobra ha logrado sus objetivos, pues según Juderías, la misma ha conseguido que, con el paso de los años los españoles y sus descendientes iberoamericanos la creyeran, para terminar ajustando sus propios proyectos nacionales e ideologías respectivas a estas falsedades hasta hoy.

No, España no es un país atrasado económicamente y sí que puede asesorar a Cuba en varias esferas, incluyendo la impositiva. Primero, porque desde 1975 ha conseguido pasar de un sistema fiscal del siglo XIX a uno moderno completamente automatizado. Sin ir más lejos, Francia, aplicará en el 2018 el sistema de retención de impuesto “al origen” que existe aquí hace 20 años por lo menos.

Pero esto no es todo, hoy España es líder en crecimiento económico en Europa, como lo ha reconocido la propia señora Merkel hace dos días, cuando llamaba a la sociedad civil alemana a inspirarse de los buenos indicadores económicos españoles. Tampoco crear una empresa toma tanto tiempo, sin ir más lejos, conozco a varias personas que han conseguido hacerlo en menos de 72 horas.
Países como Alemania o Inglaterra contratan a sus empresas logísticas como Indra, o energéticas como Gamesa, sin olvidar que España es el primer donante de órganos y de sangre del mundo, el segundo país por ingresos turísticos a nivel mundial. Igualmente, se sitúa entre los 5 primeros en fuerza editorial y en creación musical; y no debemos pasar por alto tampoco que el español (con el que estamos discutiendo la señora Santiesteban y nosotros) es la lengua con más crecimiento e influencia después del inglés. A pesar de las campañas populistas de Podemos en la capital, Madrid, una reciente encuesta internacional situaba a los niños españoles entre los más felices del mundo.
Ahora bien, todo no es perfecto, hay muchas cosas que pueden mejorarse. Empezando por la competencia y moralidad de sus clases dirigentes. Pese a esta realidad, sus empresarios han sabido sacar adelante un país, levantando el nivel de vida de sus habitantes. Basta pasear por cualquier pueblo del interior, enlazado a la red de autopistas y de ferrocarriles más modernas de Europa para darse cuenta.

La activista cubana confunde a la clase política española con España.

Las componendas de los actuales dirigentes con la dictadura cubana resultan incalificables y no pueden justificarse de ninguna manera; pero debemos evitar las amalgamas en nombre de los elementos apuntados más arriba y la verdad histórica. El pueblo español, es decir, España, no se siente representado por su clase política. Y no es la pobreza moral de ésta última, la que define al pueblo español. Los males de España ya fueron definidos por los discípulos de J. Juderías hace un siglo (falta de patriotismo, desprecio de lo propio, ausencia de interés común, falta de concepto de independencia, menosprecio de la tradición). El empobrecimiento innegable de la clase media de los últimos 8 años tiene un nombre: ineptitud de la clase política.

Los hispanistas desde las redes sociales no sólo reivindicamos la reunificación político-territorial de la Hispanidad sino también condenamos los postulados de la Leyenda Negra por difundir múltiples mentiras sobre la historia de España en favor de sus detractores, pero lo que es más importante: nos enorgullecemos de nuestras raíces hispánicas.

Esperamos que los dirigentes de una Cuba futura (entre los que espero se encuentre la señora Santiesteban) sepan acordarse de ello y actuar en consecuencia por el bien de todos.

 
 
NB: Gracias a la ayuda de Pedro G. Guillén, José F. Queiruga por su datos, inestimables, a la hora de redactar este texto.

Salir de la versión móvil