Apuntes para la historia de Cuba a partir de 1800 – II

Por: Lourdes López

       A la muerte de Fernando VII, en 1833, Cuba ya se había especializado en el monocultivo del azúcar para la exportación en base a la utilización de mano de obra esclava de orígen africano, de manera que la élite cubana decide seguir vinculada a la metrópoli, por miedo a las posibles revueltas de esclavos. Sin embargo, van a pagar cara esta decisión, porque España ha cambiado y mucho en estos años claves de finales del XVIII y principios del XIX. Si en estos primeros momentos las Antillas y Filipinas le costaban dinero a España (dicho por Mendez Alvarez, o sea, Mendizábal), en los años 30 ya aportaban, en cambio, para sufragar la guerra carlista.

       Contrariamente a lo que todo el mundo cree, el nuevo diseño no es producto del “absolutismo” fernandino, de hecho hace su aparición a la muerte de este, y llega para quedarse, a pesar de los muchos cambios políticos que se van a producir en la Península, hasta 1898. Para sorpresa de la élite criolla, a partir de la muerte del rey, la metrópoli desplegó sobre la Isla unos mecanismos de dominación políticos totalmente nuevos, en cuya cúspide se situaba la figura de un capitán general con plenos poderes. El objetivo ultimo era económico: aprovechar al máximo los recursos de la colonia, pero no para beneficiar a las élites tradicionales, sino a una nueva élite social constituída en lo principal por emigrantes llegados de España, los peninsulares. ¿Por qué?

       Pudiera ser porque España ya no se fiaba de los criollos. Y porque Cuba era una pieza clave para la conformación del Estado liberal metropolitano. Por un lado, como proveedora de recursos destinados a las agotadas arcas del Erario Público, financiándose así la lucha contra los carlistas; por otro, como elemento equilibrador de la balanza comercial española. Eso si lo queremos analizar con las categorías históricas tradicionales: España… Cuba… Estados Unidos….En realidad, hay muchas Españas, tantas como habitantes. O al menos, dos: la del antiguo régimen y la del nuevo. El corte está muy claro: a la muerte de Fernando podría no haber sido así,  si le hubiera sucedido su hermano, conforme a la ley sálica. Pero le sucede su hija, una niña, y la regente se echa en brazos de los liberales. El giro que da España es de 180 grados, con respecto a su trayectoria histórica y sus tradiciones, de manera que a nadie pueden extrañar las guerras carlistas que vienen a continuación. ¿Y cómo las superarán los liberales?

       Con las propiedades de la iglesia, con las de los rebeldes pueblos forales y con el azúcar cubano. Además se aplicó a la Isla la política de mercado reservado para la colocación de productos no asumibles por el reducido mercado interno peninsular o no exportables a otros países por su falta de competitividad. De manera que de esta primitiva acumulación de capital basada en el esclavismo y de estos primeros mercados cautivos -no solo las Antillas, sino también las Filipinas- estaba previsto arrancar la industrialización del país. Que no arrancó.

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