Al grito de golpe de Estado, ganancia de ladrones

Están pasando los años y aquí, en este Estado que se siente, según dicen algunos, golpeado y humillado, nadie devuelve lo robado ni ha recibido más castigo que estar recogido en una especie de casino, que según imágenes, son algunas partes o módulos de ciertas cárceles que están empezando a dar mucho prestigio de ladrón importante a sus escasos visitantes.
En un río revuelto al grito de golpe de estado, se avivan las ganancias de los ladrones que tenemos a la vista, y solo nos dejan a las gentes de la calle aquello de que ante el tremendo dolor que produce, precisamente a los ladrones, el daño de golpear al estado, nos quedamos indiferentes las malas gentes de la calle, porque las buenas están muy preocupadas llorando a lágrima viva el doloroso estado en el que se encuentra el golpeado estado.
En Alicante y Murcia, sin ir más lejos, había, existía, una poderosísima caja de ahorros, que en origen primero que uno recuerde se denominaba Caja de Ahorros del Sureste de España. Después pasó a ser la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, y, lo último, antes de que se jalaran sus más de quince mil millones de euros de activo, se denominó Caja de Ahorros del Mediterráneo, por aquello que todo su poder económico, en combinación de gentes tan capacitadas para no golpear al estado como lo puedan ser el ex ministro Zaplana  y el que fuera presidente de la cortijá murciana Valcárcel.
Un banco de chichinabo, como era por entonces el Banco de Sabadell, hablando panocho murciano y valenciano en la intimidad de una impunidad de extravío de activos constantes y sonantes en un abrazo en la oscuridad con un puñado de políticos salvadores de los estados, como los de arriba citados y un puñado más que están paseándose por la calle y por los paraísos fiscales, en unos años de ajetreo político donde se perdían miles de millones anualmente sin que se considerara delito de robo tal asunto, sino mala gestión financiera, en un pis pas, sin que nadie ni en Valencia ni en Murcia, ni en Madrid ni en el Banco de España, se diera por aludido, de pronto todo aquel serio y poderoso engranaje social como era la Caja de Ahorros del Sureste de España, gestado con dinero de la gente del mundo del trabajo y la emigración, apareció en manos del Banco de Sabadell, que según la prensa de la época y la publicidad, vino al sureste español altamente preocupado por el futuro económico de nosotros los levantinos, y dispuesto a dejarse los euros sin reparo en la gatera para salvarnos.
Y nos salvó; vaya que si nos salvó; pero nos salvó del terrible proyecto de futuro, que según dice el clero vaticano, que menos a ellos, a todos los demás, el ser ricos, el tener dinero, es un camino seguro para ir al infierno, y los catalanes del Sabadell, según dicen que son de Cataluña, vaya usted a saber si en la puta realidad no son gente de Levante con mascarilla, hicieron todo lo posible, e hicieron mucho, por quitarnos el peso de semejante despropósito económico como era, para el momento del oscuro robo, la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Y, según manifestaciones publicitadas, ante semejante y tremendo esfuerzo catalán en la cortijá murciana, hubo que darles a fondo perdido un puñado muy grande miles de millones de euros a costa de los levantinos por salvarnos del infierno donde van los ricos.
Todo tan bonito, alegre y de agradecer, que servidor, aún pecando de ser poco devoto de oraciones, cuando paso por delante de una entidad bancaria que otrora era de la Caja de Ahorros y veo el nombre y el logotipo del banco Sabadell, no puede contener una lágrimas de gratitud hacia ellos por liberarnos del camino de poder ir al infierno por tenencia de euros, al tiempo que les brindo a nuestros políticos un cordial saludo de merecido recuerdo.
Y ahora, con motivo de que lo que un día iba a ser un referéndum catalán se ha convertido en un efectivo y sustancioso rio revuelto a grito de golpe de Estado y más que excelente estado para robar en este Estado, corre por ahí noticias de que el Banco de Sabadell, un banco dicho de chichinabo antes de engordarse a lo pavo entre Alicante y Murcia, vuelve de donde nunca se ha ido, porque más allá de donde estaba posicionaba la cuarta Caja de Ahorros de España en poderío como era la citada caja, tal banco sigue siendo de chichinabo.
No sé ni me preocupa lo de Cataluña, porque me han asegurado los científicos que el sol volverá a salir con o sin Cataluña. Y lo que realmente me preocupa que nadie esté en la cárcel después de haberse perdido miles y miles de millones de euros con solo el asunto de la desaparición de la Cajas de Ahorros del Sureste de España.
Ahora con accionariado del sureste que hablan catalán en la intimidad.
Salud y Felicidad. Juan Eladio Palmis.

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