-Por Emilio Acosta Ramos
Durante la época virreinal se construyeron innumerables y magníficas obras de acueductos en todo el territorio de lo que era la América Española, construcciones que no se ve en ninguna colonia inglesa, francesa u holandesa de la época y hoy quedan algunas de ellas como huellas de nuestro pasado, se han detectado unas 225 solo en México.
Además de la belleza arquitectónica que representan, algunos de estos acueductos son verdaderas maravillas de la ingeniería, no sólo por su longitud y porque desafían los terrenos montañosos o desérticos por los que transitan, sino porque algunos de ellos, como el del Padre Tembleque, aún siguen en funcionamiento y es mucho más extenso que el de Segovia, España. Diseñados para distribuir agua a las ciudades, sorteando todo tipo de accidentes naturales, son testigos de la integración de las tecnologías introducidas por los europeos en el nuevo mundo, y sus vestigios ayudan a entender la conformación de las redes urbanas durante el virreinato, base de la América actual.
En Venezuela también conseguimos huellas de estas obras de ingeniería hidráulica construidas en época virreinal, pero no han sido estudiados con detalle, ni se ha contabilizado el numero total de existencias en el país, En este estudio de investigación he detectado la presencia de varios. La más famosa son los Arcos de la Hacienda Tiquire Flores en el Estado Aragua, que data del siglo XVIII, seguida del acueducto de Mariara en el Estado Carabobo, data de finales del siglo XVII, siendo estas 2 las mejores conservadas en la actualidad a pesar de su estado de abandono y ruinas. El más importante construido durante el periodo virreinal en Venezuela, podríamos decir que es el acueducto de Puerto Cabello. Llamadas actualmente ruinas del acueducto la Noria, también datan de finales del Siglo XVIII, tuvo un largo de 15000 pies y surtía del vital liquido a esta población. Otro acueducto detectado es el de la Hacienda de la Trinidad, ubicado en Maracay, Estado Aragua y fue construido en el siglo XVIII igualmente conservando arcos y acequias, En el fundo el Rosario en Tocuyito , Estado Carabobo, contamos con la existencia de un acueducto con Noria que surtía de agua a esta hacienda para la producción de caña de azúcar y papelón, seguramente data de finales del siglo XVIII como las anteriores, se abastecía en el río Tocuyito y se le llama el acueducto Fundo El Rosario. En Cumanacoa, Estado Sucre, descubrimos otro acueducto con Arcos en la Hacienda la Rinconada, son unos arcos de concretos bien plantados en la tierra ,en donde la parte de arriba son canales de casi 1 metro de ancho, los fuertes arcos que sostienen el pequeño caudal de agua que pasa por arriba para mover el sistema del trapiche para la fabricación del papelón.
De todos estos acueductos nombrados tenemos pruebas fotográficas de su existencia, también he sido informado por organismos oficiales de la presencia de otros.
Por Patrimonio Yaracuy, nos relatan de la existencia de un acueducto con Arcos en la Hacienda Urimiquire en Yaritagua, en 1666 Don Tomás de Ponte edifica su hacienda de caña y trapiche y alrededor de ella, en las tierras un acueducto con arcos. También en Yaracuy, en Nirgua, según el catálogo de patrimonio venezolano, se encuentra el Arco Las Peñas. La estructura consiste en un puente con forma de arco de cuatro columnas con base de arcilla, calicanto y cemento romano, integrado con una estructura que tenía la finalidad de que sirviera de acueducto.
En Caracas también existían acueductos, pero eran por acequias a ras de piso, salvo en algunas zonas donde el agua era más lejana. He sido informado por Fundhea de la presencia de 2, una en Los Ruices y otra en Petare, según he podido investigar el primer acueducto de Caracas fue construido en 1573, su fuente de abastecimiento era el rio Catuche, y las plantas de almacenamiento y planta de tratamiento era por estanques, la aducción o elemento de conducción era acequias y su recorrido era de 2 calles, el segundo fue inaugurado en 1600 y también se abastecía del rio Catuche, su almacenamiento era en un estanque con caja de agua su aducción era tuberías de barro cocido revestidas de cal y su recorrido era de 4 calles.
En la vía hacia Caripe, estado Monagas, según el ministerio del ambiente existe unos arcos de acueducto colonial, en los terrenos de una antigua hacienda donde han construido cerca una sede de este ministerio la cual esta abandona. También he sido informado de la existencia de otros acueductos en el resto del país por distintas personas, pero al no ser organismos oficiales no los puedo confirmar, aunque por supuesto que en Venezuela existieron muchos más acueductos, así que entre estos informados sin confirmar, se encuentra uno en el Estado Lara, en la Hacienda Santa Lucia y otro en San Juan de los Morros Estado Guárico, para un total de 13 acueductos informados, de los cuales 6 tenemos pruebas fotográficas, 5 pruebas bibliográficas y 2 pruebas orales sin confirmar. Además, también está la existencia de otros mecanismos surtidores de agua de la ingeniería virreinal diferentes a los acueductos como lo fueron los aljibes, que eran más económicos pero muy efectivos, como el que se encuentra en Píritu, Estado Anzoátegui, llamado la Fragua de Píritu.
A continuación, les presentaré la historia de los 4 acueductos más importantes de Venezuela:
Acueducto Tiquire Flores (Estado Aragua)
Los arcos de la hacienda Tiquire Flores, en el estado Aragua, del siglo XVIII, representa, además la obra de infraestructura hidráulica más importante y completa del periodo colonial de la región central del país, donde su sistema constructivo, mediante técnicas y materiales de la zona, está basado por un sistema de puentes soportados por arcos de piedra ladrillo y mampostería, producidos en el sector, para abastecer la población rural, el cultivo y extracción del jugo de la caña en las haciendas del Valle de Aragua.
La hacienda – trapiche Tiquíre, la cual sus ruinas todavía perduran en el tiempo como símbolo del progreso de la conquista española. El impulsor del acueducto fue el dueño de la hacienda el canario tinerfeño Don Felipe Lorenzo Fernández, también se puede apreciar en el lugar el Trapiche de caña de Tiquire Flores, hasta donde llegan los 32 arcos que convergen en fila inclinada. Es un testimonio histórico de interés excepcional y único con más de cuatro mil quinientos metros de longitud que, bordeando el pie del cerro, desde la quebrada de Macuaya corría casi paralela al camino real que comunicaba Caracas con La Victoria, en el trecho entre esta ciudad y el pueblo.
La función del ingenio era abastecer de agua a los poblados rurales del valle de Aragua, pero también permitía el funcionamiento de un antiguo trapiche de caña de azúcar, y servía para el riego de las siembras de caña brava. Las aguas eran conducidas desde la Quebrada de Maletero. Tras más de tres siglos de haberse edificado, hoy lo que queda de la obra sucumbe a la habitual omisión de unas autoridades que tendrían que preservarlas si atendieran –y entendieran- la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, promulgada en 1993.. Pero es bien sabido que ese órgano jurídico está, como las ruinas del acueducto de Tiquire Flores, postrado por desuso.
Acueducto Hacienda Trinidad (Estado Aragua).
La Casona de La Trinidad: epicentro patrimonial mariobricense. El acueducto de la hacienda.
La antigua hacienda La Trinidad disponía, desde fines del siglo XVIII, de un acueducto para proveer de agua a la casona y sus dependencias aledañas, y posiblemente a las actividades agrícolas en su entorno. El agua era conducida desde la quebrada de Valle Verde, distante aproximadamente 3.5 km. de la Casona, mediante una zanja o acequia construida para el efecto a lo largo de la vertiente oeste de la fila de colinas que enmarcan el paisaje de la antigua hacienda, y cuyo trayecto aún puede divisarse desde la avenida Universidad, vía que comunica las poblaciones de Maracay y El Limón.
Para salvar un abra o abertura natural entre las estribaciones montañosas del litoral y la colina La Trinidad, se levantó una obra de ingeniería que garantizaba la continuidad en el trazado de la acequia. Dicha obra, realizada en mampostería con sistema de arcada, según los cánones que España trajo consigo a América, aún se conserva -aunque fuertemente intervenida- y ha dado nombre a la urbanización «Los Arcos» Existen testimonios orales según los cuales, aproximadamente a 200 m. de distancia de esta obra, en el campo agrícola experimental actualmente adscrito al Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas-INIA, han sido encontrados restos de otra arcada. La eventual veracidad de este hecho permitiría considerar el posible uso del agua de la acequia también con fines de riego.
Aun cuando ya no se encuentra activa, la acequia se ha mantenido intacta en ciertos trechos de su trazado, a pesar de la ausencia de mantenimiento. Sin embargo, ha venido colmatándose a lo largo del tiempo por efecto de la erosión y los desprendimientos en la vertiente, procesos éstos favorecidos por la pérdida de la cobertura vegetal a causa de los incendios forestales anuales. La superficie llana resultante es con frecuencia percibida como un cortafuego, e incluso como un sendero, al que se ha dado en llamar “camino de los españoles”, lo que da cabida al establecimiento de un falso histórico.
Acueducto de Mariara (Estado Carabobo)
En el centro de la ciudad de Mariana en el estado Carabobo se encuentra ubicado un acueducto construido a finales del siglo XVII en lo que antiguamente fue una hacienda de caña de azúcar.
La obra fue realizada con ladrillos macizos de arcilla y un tipo de argamasa que los une formando los arcos y el canal que conducía el agua desde las montañas de Mariara hasta la hacienda y posteriormente a la ciudad.
Con el pasar de los años la estructura que llegó a contar con más de 1km de longitud fue perdiendo vigencia al punto de ser totalmente sustituido por las tuberías subterráneas y quedando en abandono.
Lamentablemente solo queda un pequeño tramo el cual se encuentra en mal estado y oculto entre la maleza, pues jamás se le ha dado el valor correspondiente que posee. El Acueducto de la Hacienda Mariara erigido hacia finales del siglo XVII. Se trata de un canal artificial para transportar agua, el cual fue construido a la usanza de los acueductos romanos es decir, un sistema lineal de columnas que arman una secuencia de arcos, sobre los que discurre el canal que a manera de puente, y mediante un sistema de pendiente mínima, hacía circular el agua de un lugar a otro. Por mucho tiempo, este acueducto abasteció de agua al pueblo de Mariara. Con el paso del tiempo y la implementación de nuevas tecnologías, este acueducto dejó de ser primordial para la comunidad y fue abandonado. Sin embargo, por ser una importante obra de ingeniería y arquitectura, tanto por su utilidad como belleza, es considerado un bien patrimonial que debe ser conservado. La autoridad municipal deberá iniciar un procedimiento para salvaguardar este bien o para obligar a su conservación, notificando al Instituto del Patrimonio Cultural sobre estas actuaciones.
Ruinas Del Acueducto La Noria (Estado Carabobo)
La construcción, data al final del siglo XVIII, de un acueducto de arcadas de aproximadamente 5.000 varas de largo para conducir las aguas del río San Esteban a un punto más próximo a la ciudad, que se conoce con el nombre de La Alcantarilla. Por los vestigios que conocimos y se conservan, sabemos que partía en línea recta desde lo que se conoció en tiempos coloniales como el Valle de Marín terminando exactamente en el sector de La Alcantarilla. El referido acueducto ya se encontraba operativo hacia 1804 cuando el sabio Humboldt visita la ciudad, quien al alcanzar las afueras escribe sobre la acequia de la que dice: “Costó más de 30.000 pesos, pero el agua se ve por todas las calles”.
En verdad era una obra de avanzada para la época, por sus dimensiones e importancia; al respecto Arcila Farías escribe en su Historia de la ingeniería en Venezuela: “La ciudad de Puerto Cabello, perteneciente a la Provincia de Caracas, tuvo la fortuna de disponer de uno de los mejores sistemas de distribución de agua, construido a los fines del siglo XVIII, a un alto costo, para servir a la ciudad y a las instalaciones militares (…) Fue acaso la última obra de su índole construida en el país durante el período español, en la primera década del siglo pasado. Cabe suponer que toda la experiencia de los ingenieros españoles residentes en el país fue aprovechada, y, puesto que las autoridades militares estaban empeñadas en convertir ese puerto en uno de los lugares fortificados más poderosos del continente, debemos presumir que el acueducto era una calificada manifestación de la ingeniería hidráulica de su tiempo”.
Cuando Carlos Fernando Appun deambula por las afueras del poblado (1856), en el sector de Paso Real llama su atención “el grandioso acueducto de un largo de 15.000 pies, construido por los españoles, que, por desgracia, no se encuentra ya en óptimas condiciones”, es decir, que el acueducto colonial sirvió a la ciudad, al menos, 6 décadas.
Adolfo Aristeguieta Gramcko nos dejaría un magnífico cuadro de aquella: “Admito, no todo tiempo pasado fue mejor. Pero los de la Noria con el camino a Goaigoaza por la ruta de acueducto viejo cuando regían los hispanos, en paisaje al menos sí lo era. A la Alcantarilla en el final de la calle Urdaneta, hasta allí llegaba el poblado y con calles de tierra se abría hacia el sur y el oeste
En décadas recientes las arcadas fueron destruidas para dar paso a la autopista El Palito-Muelles y, más tarde, la construcción del terminal de pasajeros. Hoy solo se conservan unos pocos metros de aquella magnífica obra, en prueba de lo poco que los gobernantes respetan nuestro patrimonio arquitectónico.
Y así con el resto de los acueductos presentes en Venezuela, y que aún no han sido detectados ni estudiados, donde después de la independencia, no se les hizo el mantenimiento requerido, cayeron en desuso, siendo abandonados y en estado ruinoso hoy en día los que quedan existentes.